La chamifrase 113 – Miércoles 15 de enero - Taller de
Oración X
“Terminará la oración pidiendo a
Dios que le conceda la gracia de mantenerse durante todo el día en el
recogimiento y de obrar solo por motivos de fe, etc.” (Carta 9 - 27 de mayo de
1796. A la señorita de Lamourous)
La conclusión de la oración es un paso breve pero muy importante, ya que
de alguna manera asegura que el fruto que hemos encontrado en la misma se
encarne en nuestra vida y no se pierda. Por otro lado, si todos los pasos
previos al cuerpo de la oración constituyen como un camino para ponerse en
sintonía con el Señor y llegar al encuentro íntimo con Él, la conclusión es
como la despedida de ese encuentro y el momento para tomar conciencia de lo que
nos ha dejado en el corazón.
Esta etapa de la conclusión de la oración es muy sencilla y para el
Padre Chaminade comprende cuatro pasos:
- Damos
gracias a Dios por este tiempo de oración transcurrido, por las luces de
las consideraciones, los deseos y sentimientos suscitados por los
afectos y por las resoluciones que harán que su Palabra se haga vida en
nosotros. En tiempos de sequedad y desolación, también damos gracias
a Dios, porque aunque la oración haya sido poco creativa y emotiva, el
solo poder estar y permanecer en su Presencia es un gran don para nuestra
vida.
- Pedimos perdón al Señor por nuestra falta de
apertura y de docilidad al Espíritu, por no haber tomado realmente en
serio algunas de sus mociones y porque a veces nos hemos negado a ellas interiormente
poniendo deliberadamente obstáculos y resistencias.
- Ponemos en manos del Señor y de la Virgen
María los frutos de la oración, lo que hemos experimentado en ella, y les
pedimos que conserven esa gracia en nosotros
- Formulamos una
pequeña frase síntesis que nos ayude durante el día a recordar la gracia
que hemos recibido en la oración y a mantenerla activa en nuestro
interior. Puede ser también una serie de palabras (a esto lo llamaba el
Padre Chaminade “ramillete espiritual”), o una imagen, o el estribillo de
una canción,… que me ayuden a encarnar los frutos de la oración en mi vida
cotidiana.
Guillermo José invitaba también a poner los frutos de la oración en un
Santo protector. No dudemos en pedirle a él mismo, nuestro Beato
Padre y Fundador, que nos ayude cada día a profundizar nuestra experiencia
interior, y que sea nuestro verdadero Maestro de oración.
Gracias
Señor por este encuentro
de amistad
contigo en la oración.
Gracias por
tu Presencia que me anima y sostiene,
gracias por
tu Palabra que ilumina mi discernimiento,
gracias por
tu Espíritu que no deja de sugerirme tus caminos.
Perdón Señor
porque sigo sosteniendo resistencias a tu gracia
y no me
entrego totalmente en tus brazos.
Dame la
gracia de la docilidad a tu Espíritu y
ayúdame a
comprometerme cada día encarnando
los frutos
que nuestro encuentro deja en mi interior.
Amén
ATsm
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