miércoles, 15 de enero de 2014

“Terminará la oración pidiendo a Dios que le conceda la gracia de mantenerse durante todo el día en el recogimiento y de obrar solo por motivos de fe, etc.” (Carta 9 - 27 de mayo de 1796. A la señorita de Lamourous)


La chamifrase 113 – Miércoles 15 de enero  - Taller de Oración X

“Terminará la oración pidiendo a Dios que le conceda  la gracia de mantenerse durante todo el día en el recogimiento y de obrar solo por motivos de fe, etc.” (Carta 9 - 27 de mayo de 1796.  A la señorita de Lamourous)

 La conclusión de la oración es un paso breve pero muy importante, ya que de alguna manera asegura que el fruto que hemos encontrado en la misma se encarne en nuestra vida y no se pierda.  Por otro lado, si todos los pasos previos al cuerpo de la oración constituyen como un camino para ponerse en sintonía con el Señor y llegar al encuentro íntimo con Él, la conclusión es como la despedida de ese encuentro y el momento para tomar conciencia de lo que nos ha dejado en el corazón.

Esta etapa de la conclusión de la oración es muy sencilla y para el Padre Chaminade comprende cuatro pasos:

  1. Damos gracias a Dios por este tiempo de oración transcurrido, por las luces de las consideraciones,  los deseos y sentimientos suscitados por los afectos y por las resoluciones que harán que su Palabra se haga vida en nosotros.  En tiempos de sequedad y desolación, también damos gracias a Dios, porque aunque la oración haya sido poco creativa y emotiva, el solo poder estar y permanecer en su Presencia es un gran don para nuestra vida.
  2. Pedimos perdón al Señor por nuestra falta de apertura y de docilidad al Espíritu, por no haber tomado realmente en serio algunas de sus mociones y porque a veces nos hemos negado a ellas interiormente poniendo deliberadamente obstáculos y resistencias.
  3. Ponemos en manos del Señor y de la Virgen María los frutos de la oración, lo que hemos experimentado en ella, y les pedimos que conserven esa gracia en nosotros
  4. Formulamos una pequeña frase síntesis que nos ayude durante el día a recordar la gracia que hemos recibido en la oración y a mantenerla activa en nuestro interior. Puede ser también una serie de palabras (a esto lo llamaba el Padre Chaminade “ramillete espiritual”), o una imagen, o el estribillo de una canción,… que me ayuden a encarnar los frutos de la oración en mi vida cotidiana.

 

Guillermo José invitaba también a poner los frutos de la oración en un Santo protector.  No dudemos en pedirle a él mismo,  nuestro Beato Padre y Fundador, que nos ayude cada día a profundizar nuestra experiencia interior, y que sea nuestro verdadero Maestro de oración.

 

Gracias Señor por este encuentro

de amistad contigo en la oración.

Gracias por tu Presencia que me anima y sostiene,

gracias por tu Palabra que ilumina mi discernimiento,

gracias por tu Espíritu que no deja de sugerirme tus caminos.

Perdón Señor porque sigo sosteniendo resistencias a tu gracia

y no me entrego totalmente en tus brazos.

Dame la gracia de la docilidad a tu Espíritu y

ayúdame a comprometerme cada día encarnando

los frutos que nuestro encuentro deja en mi interior.

Amén

ATsm

 

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas

a anotarse para poder recibirla cada semana.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario