domingo, 22 de diciembre de 2013

“La fe nos lleva rápidamente a la conformidad con Jesucristo, en quien encontramos la fuente de todas las virtudes”(Carta 607 - 5 noviembre 1831. A Clouzet).

La chamifrase 104 – 22 de diciembre – NOVENA DE NAVIDAD  7

“La fe nos lleva rápidamente a la conformidad con Jesucristo, en quien encontramos la fuente de todas las virtudes”(Carta 607 - 5 noviembre 1831. A Clouzet).

El Padre Chaminade no se cansa de repetir a sus discípulos que el objetivo fundamental de la vida cristiana y por lo tanto de la vida marianista, es el llegar a “la conformidad con Jesucristo”. La fe del corazón es la vía regia para alcanzar este fin.  Por la fe, nos abrimos al encuentro íntimo con Jesús y sentimos su llamado a seguir sus huellas asumiendo como fundamento de nuestro ser y nuestro obrar su Evangelio.  Pero, ¿en qué consiste concretamente llegar a “la conformidad con Jesucristo”? ¿Es aceptar su propuesta evangélica? ¿Es imitar sus virtudes? ¿Es obedecer a sus mandamientos?  Guillermo José nos lo explica “citando” al mismo Jesús: “Jesucristo nos lo va explicar. Si alguno, nos dice, quiere venir en pos de mí, imitándome, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga: que haga las mismas cosas que yo, y de la misma manera, que sufra como yo, que busque lo que yo busco, que evite lo que yo evito, que ame lo que yo ame, que odie lo que yo odio, que practique las mismas virtudes; que haga de mi voluntad la regla de su vida, como yo he tomado la voluntad de mi Padre por regla de la mía; que destruya en sí al Adán viejo para formar la imagen del nuevo: que sea una imagen tan clara de él, que los que los vean se figuren que ven a otro Jesucristo” (Escritos de Dirección II, 322).
Llegar a “la conformidad con Jesucristo” comienza por imitar sus virtudes pero va mucho más allá, porque implica dejar que el mismo Espíritu que condujo a Jesús nos conduzca también a nosotros.  Es cierto que nuestra experiencia nos revela que aunque tenemos claro qué significa ser cristiano y seguir a Jesús, y hemos renovado tantas veces nuestro propósito interior de vivir según su Evangelio, nos encontramos una y otra vez recomenzando el camino.  Pero esto más que una causa de desconfianza pesimista en la debilidad de nuestra condición humana, tiene que ser el motivo por el cual una y otra vez, nos abrimos para escuchar  el llamado del Señor y ponernos en camino.  Él confía en nosotros, el conoce nuestra fragilidad pero también nuestra posibilidad, no se olvida que hemos sido creados de barro pero “a su imagen y semejanza”.  Él nos espera y nos anima, él nos pide esfuerzo y compromiso, pero no nos deja solos sino que nos regala su Espíritu que poco a poco nos configura con Él.  Por eso el Padre Chaminade dice que Él es la “fuente de todas las virtudes”, lo que puede y necesita empezar por “imitación” termina siendo auténtica manifestación del espíritu de Jesús que habita en nosotros.
Jesús anunció la Buena Noticia hace dos mil años.  Su misión histórica terminó en Galilea cuando envió a sus discípulos a anunciar por todo el mundo lo que habían aprendido de Él.  Y les prometió que estaría con ellos todos los días hasta el fin del mundo.  Hoy nosotros somos esos discípulos que seguimos siendo enviados por Jesús. ¿Cómo anunciar hoy su Buena Noticia? ¿Quién nos va a escuchar? ¿Quién nos va a creer? Con sencillez y humildad renovemos nuestra fe del corazón, porque ella “nos lleva rápidamente a la conformidad con Jesucristo, en quien encontramos la fuente de todas las virtudes”.  
Impulsados por nuestro Padre y Fundador no nos desalentemos cuando flaqueamos en el camino, sino confirmemos la necesidad de volver a comprometer nuestro esfuerzo sabiendo que el Espíritu de Jesús será el auténtico impulsor de nuestra vida.

Señor quiero ir detrás de ti,
imitándote, renunciando a mí mismo,
cargando con mi cruz y siguiéndote.
Quiero hacer las mismas cosas que Tú
y de la misma manera:
sufrir como vos,
buscar lo que Tú buscas,
evitar lo que Tú evitas,
amar lo que Tú amas,
practicar tus mismas virtudes.

Señor, quiero hacer de tu voluntad la regla de mi vida,
como Tú has tomado la voluntad del Padre por regla de la tuya;
deseo destruir en mí al Adán viejo para formar la imagen del nuevo:
y así ser una imagen tan clara de tu Persona,
que los que me vean se figuren que te ven a Ti.

Señor, ayúdame a crecer en la fe,
porque ella me llevará rápidamente
a la conformidad contigo,
en quien encuentro la fuente de todas las virtudes.

AMÉN

ATsm


Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario