Las
chamifrases de la semana en el Año de la FE
(Carta S 959 bis – 30 abril 1837 – Al Sr. Soleil, padre)
El Padre Chaminade no duda en meterse con un
tema difícil como es el de los bienes y el dinero. Y no lo hace solamente en forma retórica. Se
está dirigiendo a alguien que le insiste con pretensiones económicas que ya
fueron suficiente y justamente pagadas en concepto de indemnización y otros
asuntos varios.
El tema de los bienes y su uso, ha sido un tema
conflictivo para los cristianos desde el comienzo. Jesús es claro y lo demuestra con su propia
vida. Los Padres de la Iglesia han
predicado hasta el cansancio que los bienes de esta tierra son para que todos
tengan una vida digna y no sólo para que lo disfruten unos pocos. Los siglos
han ido licuando el mensaje evangélico, focalizando la “pobreza” como una
característica de los religiosos que siguen a Jesús “más radicalmente” y en
nombre del respeto a los derechos de la persona se ha dejado lugar a la
supremacía del derecho a la propiedad más que el deber de la solidaridad y la
comunión.
En la zona oscura del corazón humano está
presente la raíz de la avaricia y el deseo de apropiarse de todo lo posible,
que en una sociedad capitalista y consumista como en la que vivimos, puede
llegar a convertirse en ideal de vida.
Vivimos preocupados y ocupados por tantas cosas
que no pueden darnos la verdadera felicidad.
Y no se trata solamente de dinero, también gastamos tanta energía,
tiempo,…gastamos ¡tanta vida! en lograr conseguir ese reconocimiento por lo que
tenemos y por lo que aparentamos ser y tener.
Y esto no es una oposición a una justa preocupación por tener lo justo y
necesario para poder vivir una vida digna y una adecuada compensación por el
esfuerzo y el trabajo cotidiano, poder
ofrecer oportunidades de crecimiento a los hijos y disfrutar también
agradecidos de las posibilidades de descanso y esparcimiento.
Vivimos en una sociedad en la que cada vez
“necesitamos más” para estar bien, para estar mejor, para ser felices. Y en el
camino, más de una vez los “bienes” que nos abren la puerta a la “salvación”
verdadera van quedando para otro momento.
Esos bienes que no se pudren ni se los come la polilla o la inflación,
van quedando en lista de espera. Esos
bienes están llamados a ser nuestra verdadera riqueza. Y entre ellos Jesús, el Señor, que nos invita
a recibir su Reino como nuestra mayor riqueza.
Y no se trata ahora de “vivir fuera de la
sociedad”, porque sería justamente contrario a la fuerte dimensión de la
encarnación de la vida cristiana. Se
trata de usar y disponer de los bienes materiales “desprendidos” de ellos, para
que los bienes que efectivamente pueden regalarnos Vida en abundancia
encuentren lugar en nuestra vida interior, en nuestras relaciones con los
demás, en los criterios que utilizamos para definir nuestros proyectos
personales y comunitarios, y colaboren en la construcción del Reino de Jesús. En este contexto, la solidaridad y el
compartir con los que menos tienen, no
se queda en el cumplimiento de un deber de la caridad cristiana, sino que
promueve la manifestación de una vida más plena para todos.
Dejémonos interpelar por Guillermo José, que
nos invita también a nosotros a desapegarnos de los bienes materiales para
poner el fundamento de nuestra vida en los bienes que no se apolillan ni se
gastan.
Señor Jesús,
Vos llamaste felices y bienaventurados
a quienes tienen alma de pobres
porque a ellos les pertenece el Reino de
los Cielos.
Vivimos en una sociedad que pone el ideal
de la felicidad
en los bienes materiales que se poseen.
Danos Señor el don del discernimiento
para saber valorar
y ser agradecidos por los bienes que nos
permiten una vida digna.
Fortalécenos con tu gracia para que
podamos vivir “desapegados”
y así hacerle lugar en nuestra vida a los
bienes que son el
auténtico fundamento de nuestra
felicidad,
porque la verdadera riqueza no se
apolilla ni se gasta,
la verdadera riqueza es tu Vida en
abundancia.
Amén
AT sm
Ayúdanos
a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a
anotarse para poder recibirla cada semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario