domingo, 28 de abril de 2013

“Deseo que el amor de Dios siga creciendo en tu corazón” (Carta 1137 – 22 de mayo de 1839 – A Claude Mouchet)


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE
La chamifrase de la semana 66 – Domingo 28 de abril de 2013.

 “Deseo que el amor de Dios siga creciendo en tu corazón”
(Carta 1137 – 22 de mayo de 1839 – A Claude Mouchet)

El amor de Dios no es un regalo para los perfectos o una experiencia reservada a los grandes místicos.  El amor de Dios es la manifestación de un Dios que nos invita a abrir el corazón para poner su morada en nosotros.  Y esta invitación es para todos, especialmente para los que más necesitamos de su bondad y de su misericordia.  A veces en nuestra vida insistimos en seguir teniendo algunas puertas cerradas de nuestro interior.  Nos empeñamos en mantener clausuradas algunas zonas de nuestro corazón y no dejamos que el amor de Dios sane nuestras heridas y nos transforme, y vaya creciendo cada día más tomando posesión de nuestro propio corazón.

El Padre Chaminade desea a uno de sus discípulos que el amor de Dios siga creciendo en su corazón.  Le aconseja además que no tenga miedo en experimentar su debilidad y la necesidad de ese amor de Dios que se nos regala gratuitamente, y que tan poco reconocemos y agradecemos.  Este deseo más allá de una buena motivación para la vida espiritual del Sr. Mouchet es una respuesta de Guillermo José a su situación vital.  Si deja que el amor de Dios siga creciendo en su corazón no sólo su vida interior cambiará, sino también el ambiente que lo rodea y las personas con las que comparte su vida y su misión experimentarán su acción.

Las palabras del Fundador pueden ser hoy dirigidas también a cada uno de nosotros.  Escuchemos en nuestro corazón su palabra afectuosa: “Deseo que el amor de Dios siga creciendo en tu corazón”.  Y abramos las puertas de nuestro interior y dejemos que el amor de Dios siga creciendo en nosotros,… así de esa manera no sólo experimentaremos su acción sanadora y transformadora en nosotros sino que podremos ser canal para que ese amor de Dios siga manifestándose a través de nuestra vida a los que más los necesitan.  A través de nuestras actitudes y acciones los que están solos, los que están tristes, los que sufren, los más pobres, los que están en las periferias,… podrán experimentar el amor que Dios les tiene y podrán abrir sus propios corazones para que pueda seguir creciendo también en ellos.

Gracias Señor por tu amor,
que recibimos como don gratuito e incondicional.
Gracias Señor por tu amor,
que desea manifestarse habitando nuestro espacio interior.
Gracias Señor por tu amor,
que sana nuestras heridas profundas.
Gracias Señor por tu amor,
que transforma nuestra vida desde lo más íntimo de nuestro ser.
Gracias Señor por tu amor,
que quiere seguir creciendo siempre en nuestro corazón.

Gracias Señor por tu amor,
que nos invita a ser sus testigos.
Gracias Señor por tu amor,
que nos impulsa a vivir sostenidos en él.
Gracias Señor por tu amor,
que nos acerca a las periferias y a los que hermanos que sufren.
Gracias Señor por tu amor,
que nos anima a compartir su ternura y su misericordia.
Gracias Señor por tu amor,
que es tu Presencia siempre fiel en medio de nosotros.

Gracias Señor por tu amor,
Gracias Señor.
AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


domingo, 14 de abril de 2013

“¡Qué la paz del Señor esté con todos ustedes!” (Carta 548 – 24 de setiembre de 1830 – Al Sr. Clouzet, Saint Remy).


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 65 – Domingo 14 de abril de 2013.

“¡Qué la paz del Señor esté con todos ustedes!”
(Carta 548 – 24 de setiembre de 1830 – Al Sr. Clouzet, Saint Remy).

El Padre Chaminade en muchas ocasiones desea la paz a los destinatarios de sus cartas en el saludo final.  En el tiempo de Pascua el saludo es habitual.   En sus palabras se escucha el eco del saludo del Resucitado a sus discípulos en las primeras apariciones. En algunas ocasiones lo hace explicito, recordando que ese saludo fue “doble” (Jn. 20,19-21), y deseándolo también así a sus interlocutores.

Los textos evangélicos nos traen este saludo de Jesús Resucitado, y nos invitan a escucharlo como Palabra viva y saludo-deseo del Señor también para nosotros.  Es cierto que para los judíos decir “Shalom” era como para nosotros decir “Buenos días”, y de esa manera se manifiesta la presencia cercana de Jesús Resucitado. Pero la insistencia en el saludo, nos hace también pensar que hay algo más en la intención de quienes escribieron los Evangelios. 

Los discípulos estaban encerrados y atemorizados por miedo de ser también ellos, perseguidos y condenados.  Estaban tristes por la muerte del Amigo. Se sentían solos y abandonados por la ausencia del Maestro. Y se encontraban desorientados ya que sus pretensiones del Mesías se habían desvanecido en la Cruz.  Estaban tristes, solos, confundidos, llenos de miedo,… y la presencia de Jesús vivo en medio de ellos les devuelve la Paz.  Sus palabras se hacen experiencia profunda: “les dejo mi paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo” (Jn 14, 27).  Ciertamente no han cambiado las condiciones “externas” que causaban su temor, su angustia, su confusión.  Pero pueden experimentar la Paz porque para los seguidores de Jesús la Paz no es un estado de tranquilidad y ausencia de problemas.  Para quienes seguimos a Jesús, la Paz tiene nombre. “Él es nuestra Paz” (Ef 14,16).

Guillermo José lo sabe muy bien por experiencia propia.  Por eso sus palabras no son un saludo meramente formal o una proyección de sus propios conflictos interiores.  Cuando desea la paz a los demás, está deseando que se encuentren con la verdadera Paz, aquella que no da el mundo sino la presencia cercana de Jesús Resucitado.  Y en este caso además se refiere a todos los miembros de una comunidad.  La experiencia del encuentro con el Resucitado no es solamente una vivencia mística interior personal e individual.  El Señor se aparece  estando los discípulos “reunidos”.
En este tiempo de Pascua, recibamos también nosotros con el corazón abierto el saludo de nuestro Padre y Fundador, y en él, el eco de las palabras del Resucitado: “Que la paz esté con todos ustedes”. Y que esas palabras nos abran la puerta para volvernos a encontrar con Jesús que es nuestra verdadera Paz, y lo podamos reconocer vivo y presente en medio de nosotros, cuando nos encontremos “reunidos”.
    
Querido Guillermo José,
hoy sentimos que tu saludo también es para nosotros.
Algunas veces nos empeñamos en buscar la paz donde no está
o nos quedamos resignados pensando que no es posible encontrarla en plenitud.
Es por eso que tu testimonio y tu presencia como Padre y Fundador de nuestra Familia,
nos anima a vivir con más profundidad nuestra vida cotidiana
y nos invita a recibir cordialmente tu saludo esperando que sea realidad en nuestras vidas:
“Que la Paz del Señor esté con todos ustedes”.

Señor Jesús,
sentimos la necesidad de volver a encontrarte vivo y presente en medio de nosotros:
porque una y otra vez nos encontramos atemorizados e inseguros,
porque la tristeza a veces inunda nuestro interior y nos nubla los ojos del corazón,
porque nos sentimos cansados, un poco solos, tirando siempre en contra de la corriente.
Es por eso que estando “reunidos” necesitamos reconocer tu presencia
y escuchar que tus palabras son para nosotros hoy una Palabra que se hace vida:
“La paz esté con ustedes”.

Amén.
                                                                                 AT SM


Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


domingo, 31 de marzo de 2013

“Nuestra esperanza está en las promesas de nuestro divino Salvador Jesucristo, y toda nuestra fuerza en la mano de Dios” (Carta 72 – 24 de agosto de 1816 – Al P. Mouran, Agen)

Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 64 – Domingo 31 de marzo de 2013. Pascua de Resurrección.

“Nuestra esperanza está en las promesas de nuestro divino Salvador Jesucristo, y toda nuestra fuerza en la mano de Dios”
 (Carta 72 – 24 de agosto de 1816 – Al P. Mouran, Agen)
La celebración de la Pascua es una buena oportunidad para renovar nuestra esperanza dejando que la fuerza de Vida del Resucitado nos transforme y anime, haciendo que nuestras propias vidas sean un testimonio de sus promesas: porque nuestros gestos y acciones hablan por sí solos de su Presencia entre nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
El Padre Chaminade nunca escatimó esfuerzos ni dedicación a la misión, pero reconociendo siempre que para dar fruto, ésta necesitaba apoyarse en el Señor y dejarse sostener e impulsar por su poder.  Por eso es que no duda en afirmar que “toda nuestra fuerza” está en el poder de Dios, representado por su “mano”.  Nuestra fuerza es la fuerza del Señor.  Nuestro poder verdadero es el poder de Dios. Y para dar testimonio de su Presencia que transforma necesitamos primero ser transformados por el amor de Dios. 
Con ocasión de la fundación en Agen de las religiosas marianistas en 1816, el Fundador aprovechó para establecer una sección de hombres de la Congregación (movimiento eclesial que impulsó desde Burdeos a partir de 1800).  Ésta creció y se expandió rápidamente, pero a los pocos meses surgieron dificultades y el gobierno prohibió sus reuniones.  Guillermo José le pide al P. Mouran, Director del grupo, que mientras intentan recomponer la situación, invite a todos los miembros a tener paciencia y entereza frente a las contrariedades que están sufriendo y constancia en su compromiso.  De esa manera podrán mostrar que “nuestra esperanza está en las promesas de nuestro divino Salvador Jesucristo, y toda nuestra fuerza en la mano de Dios”
Que de la mano de Guillermo José, aprendamos a vivir con paciencia y constancia, renovemos nuestra esperanza y confiemos en que Jesús es nuestra auténtica fuerza.
Te bendecimos Señor y te damos gracias,
porque la promesa de tu Presencia en medio de nosotros
se hace realidad cada día,
renovando nuestra esperanza.



Te bendecimos Señor y te damos gracias,
porque ante las dificultades y contrariedades,
la fe que se sostiene en tu Presencia,
nos invita a dar testimonio en nuestras acciones cotidianas.

Te bendecimos Señor y te damos gracias,
porque nuestra fragilidad no es un obstáculo,
sino la oportunidad para reconocer tu poder
y dejarnos animar por la fuerza de tu amor.

Te bendecimos Señor y te damos gracias,
porque tu Presencia renueva nuestra esperanza.
Te bendecimos Señor y te damos gracias
Porque Tú eres nuestra verdadera fuerza.

Te bendecimos Señor y de damos gracias,
ahora y por siempre. Amén.

                                                                           AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.





domingo, 27 de enero de 2013

“La paz sigue los pasos de Jesús y reina donde reina Jesús” (1289 - 2 enero 1844. Circular a la Tercera Orden de las Hijas de María).


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 63 – Domingo 27 de enero de 2013.


El Padre Chaminade no duda cuando habla de la paz auténtica de relacionarla directamente con la presencia de Jesús y con el lugar que le damos en nuestra vida.  Es el caso de esta hermosa frase, que más allá de su alto contenido espiritual está sostenida en una profunda experiencia existencial: no olvidemos las situaciones difíciles y conflictivas que tuvo que sufrir nuestro Fundador en los últimos años de su vida.

La paz la encontramos donde está Jesús, y donde dejamos que Jesús habite y “reine” está la paz.  Él nos sigue diciendo como a los apóstoles en el Evangelio de Juan: “Les doy la paz, les doy mi paz”, y aclara: “pero no como la da el mundo”. Y no deja de terminar su promesa afirmando: “¡No se inquieten ni teman!” (Jn 14,27).

La paz verdadera no es “la que da el mundo”.  La paz verdadera no simplifica ausencia de conflictos o dificultades, ni es la consecuencia de una vida asegurada por los bienes acumulados, ni tampoco se alcanza olvidándose de todo y de todos pasándose el día haciendo “om”.

La paz verdadera es la que sigue los pasos de Jesús: es la que se hace cargo y se compromete con la realidad; es la que no tiene miedo de involucrarse en las dificultades ni en el dolor de los demás; es la que no se pierde con las injurias y los desprecios porque se sostiene en el horizonte de sentido que le aportan la fe y la esperanza; es la que surge de la confianza en un Dios “Abbá” que nos ama incondicionalmente y nunca nos abandona.

Guillermo José nos invita a no desviarnos en el camino,  Cuando necesitemos que la paz habite en nosotros, busquemos las huellas de Jesús y allí la encontraremos.  Cuando necesitemos que reine la paz, dejemos que Él que “es nuestra Paz” (Ef. 2,14) habite en cada uno de nosotros y reine en nuestros corazones, en nuestras relaciones, en nuestras comunidades, en nuestras acciones.

Tanto Jesús como Guillermo José conocieron bien en sus vidas la presencia de quienes ponen palos en la rueda, de quienes buscan descalificarte y te juzgan desde paradigmas prejuiciosos y usando argumentos “razonables y muy espirituales”, de quienes intentan confundirte y hacerte renunciar a los impulsos y la guía del Espíritu, de quienes te rechazan por envidia o por incapacidad de aceptar su propia necesidad de conversión;  de quienes en una palabra desean que pierdas la paz.  Cuando tu interior comience a sentirse invadido por estas situaciones, no permitas que tu voz interior se desconecte de tu centro más profundo donde está tu verdad ni dejes que tu corazón reaccione de la misma manera.  Deja que las palabras de Jesús resuenen una vez en tu interior al ritmo de los latidos de tu corazón: “¡No se inquieten ni teman!”, y pídele a Guillermo José, nuestro Padre y Fundador que puedas también afirmar con la autoridad de tu propia experiencia: “La paz sigue los pasos de Jesús y reina donde reina Jesús”.


Señor Jesús,
Tú nos das la paz,
Tú nos das tu paz.
pero no como la da el mundo.
Danos la gracia de no inquietarnos
ni dejarnos invadir por el temor,
porque la paz sigue tus huellas
y reina donde Tú reinas.

Señor Jesús,
cuando nuestro corazón comienza a confundirse
y es arrastrado por los vientos del espíritu del mal
que anidan en nuestro interior
o que vienen disfrazados en las actitudes egoístas de los demás,
no permitas que nos hundamos en la angustia o en la ansiedad,
y fortalece nuestra fe para que podamos reconocer de corazón
que Tú eres nuestra verdadera Paz.

Señor Jesús,
no dejes de darnos la paz,
no dejes de darnos tu paz,
pero no como la da el mundo.
Señor Jesús sigue reinando en mi vida,
sobre mis luces y mis sombras,
sobre mis fortalezas y mis debilidades,
porque donde Tú reinas reina la verdadera Paz.
Amén.
                           AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


martes, 22 de enero de 2013

“Mi confianza reside en el Señor y en su Madre, por quienes quiero vivir y morir” (Carta 1308 – 10 julio 1844 – Al Sr. Faye)


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 62 – Martes 22 de enero de 2013.

Fiesta del Beato Guillermo José Chaminade, nuestro Padre y Fundador.
  
El Padre Chaminade explicita en los últimos años de su vida con sencillez y sin vueltas en quién ha puesto su confianza. Son años difíciles, de conflictos y sufrimientos, y en los que por momentos la obra gestada durante tantos años, parece que se desmorona por la ambición y la mediocridad de sus discípulos.  Y puede seguir adelante porque su confianza sigue estando puesta en el Señor y en su Madre.  Ellos son la razón de su existencia, el sentido de su vida,  y por ellos quiere vivir y morir.

Su declaración es para nosotros una invitación a dar gracias por su vida y su testimonio, por su entrega y su santidad.

Sus palabras sinceras y profundas son una ocasión para renovar nuestro amor filial a quienes es Padre y Fundador de nuestra Familia, y de quien necesitamos aprender a encarnar hoy ese modo de vivir el Evangelio que es el don del carisma marianista.

Su afirmación es para nosotros inspiración  y modelo para nuestra vida cristiana.  Dejemos que el eco de su voz resuene en nuestros corazones, para que también nosotros podamos llegar a decir “Mi confianza reside en el Señor y en su Madre, por quienes quiero vivir y morir”.

Su testimonio es también una llamada a confiar en su intercesión, para que por su intermedio pidamos al Espíritu que nos de la gracia de poner de corazón nuestra confianza en el Señor y en su Madre.

Celebremos con alegría la Fiesta del Beato Guillermo José Chaminade, rezando con fe la oración propia de la Eucaristía de este día:

Oh Dios, que otorgaste al Beato Guillermo José, presbítero,
la gracia de entregarse totalmente a la Virgen Madre de Dios
para comunicar al mundo la fe,
concédenos que, a ejemplo suyo,
demos siempre testimonio de Cristo
mediante la santidad de nuestra vida.
Él, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos
Amén.
                                     AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


domingo, 20 de enero de 2013

“Hay que amar lo que se cree” (Carta 661 - 23 enero 1833. Al P. Lalanne).


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 61 – Domingo 20 de enero de 2013.

El Padre Lalanne se encuentra trabajando en la obra de Saint Remy y le escribe al Fundador detallando las dificultades y conflictos que se suscitan en esa comunidad, y especialmente en la relación con el Sr. Clouzet.  Ambos son marianistas de la primera hora, fieles discípulos de Guillermo José y columnas del desarrollo de la misión marianista en la primera etapa de su historia.  El Fundador no desestima las situaciones objetivas que causaron el conflicto ni las actitudes subjetivas de ambos frente al mismo, pero la respuesta que escribe más que un manual de mediación fraterna es un pequeño tratado sobre “la fe del corazón”.

Guillermo José con la invitación a “amar lo que se cree” no se desentiende del problema sino que da la clave para enfocar la situación desde otro lugar.  Por eso con solicitud paterna le dice a Juan Bautista Lalanne: “Mi querido hijo, remediarás todos tus males interiores si la fe, sólidamente anclada en tu espíritu desde tus estudios superiores, pasa enteramente a tu corazón. Hay que amar lo que se cree.”

“Amar lo que se cree” no es una reacción del pietismo devocional al racionalismo iluminista de la fe (ambas posturas religiosas de la época).  “Amar lo que se cree” es el camino para llegar a la adhesión del núcleo interior más profundo del ser humano a la persona de Jesús.  “Amar lo que se cree”  es dejar hechar raíces a la Presencia del Señor en ese centro vital que el lenguaje bíblico ha identificado con el corazón.  “Amar lo que se cree” es la definición de lo que el Padre Chaminade denomina habitualmente “la fe del corazón”, siguiendo las enseñanzas de San Pablo:  “Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios los resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para alcanzar la salvación” (Rm. 10,9-10).

La fe del corazón, amando lo que se cree, consolida en nosotros el espíritu de Cristo: haciendo nuestras sus maneras de pensar, sentir y actuar. La fe del corazón nos habilita para ver la vida y el mundo con la mirada de Jesús, y para vivir siguiendo sus huellas.

Cuando el Padre Chaminade le pide al Padre Lalanne que ame lo que cree, lo está invitando a encarnar en su mirada y en su acción cotidiana los valores evangélicos que contempla en Jesús y que predica a los demás.

Creo Señor, pero aumenta mi fe,
concédeme el don de la fe del corazón,
para que me decida a amar lo que creo,
y dejar que tu Espíritu consolide en mi interior tu Presencia:

que tu Palabra hunda sus raíces en mi yo más profundo,
que tu Gracia modele cada día mi corazón y lo haga semejante al tuyo,
que tu Amor transforme mi interior y me impulse a caminar por tus huellas.

Creo Señor, pero aumenta mi fe,
concédeme el don de la fe del corazón,
para que amando lo que creo
crezca en mí tu modo de pensar, de sentir y de actuar:

para que pueda mirar la realidad a la luz de tu Evangelio,
para que pueda sentir y compartir con los demás tu ternura y tu compasión,
para que pueda actuar cada día haciéndole lugar a tu Reino que crece.

Creo Señor, pero aumenta mi fe,
concédeme el don de la fe del corazón,
para que mi testimonio sencillo y cotidiano exprese con humildad que
“hay que amar lo que se cree.
Amén.
                                                           AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


domingo, 13 de enero de 2013

“La fe es en nosotros un enérgico resorte” (Carta 192 - 22 marzo 1822. A Adela de Trenquelléon).


La chamifrase de la semana 60 – Domingo 13 de enero de 2013. Fiesta del Bautismo del Señor


El Padre Chaminade escribe a la Madre Adela respondiendo a varias inquietudes que ella le había presentado en cuanto al acompañamiento de sus hermanas.  Al hablar de las “personas reacias” el Fundador las define como aquellas “que no tienen en sí misma un resorte que las mueva, que las impulse, que las estimule”.
Y es allí que sugiriendo un remedio para que Adela las ayude en su camino es que nos regala esta hermosa definición metafórica de la fe.  “La fe es un enérgico resorte” que moviliza, impulsa, estimula, motoriza nuestra vida.
Ahora cabe preguntarnos ¿Cuál es esa fe que se convierte en nuestra vida en un enérgico resorte? Porque decimos que somos creyentes, que la fe es muy importante en nuestra vida,… pero no pocas veces somos también “personas reacias” al cambio, a la transformación interior, a la conversión.

La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que nace de un encuentro profundo e íntimo con el Señor Jesús, de la experiencia de amistad con ÉL, de la convicción que en Él somos también hijos amados del Padre Dios.
La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que hunde sus raíces en nuestro corazón, ilumina nuestras sombras interiores y sana nuestras heridas profundas.

La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que se alimenta de la Palabra y de la Eucaristía, que se hace más honda en el silencio  y en la oración, y que se consolida en la vida compartida con los hermanos.

La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que se permite reconocer a Dios más allá del Templo: en la Creación que habitamos, en la historia que transitamos y en  el rostro de los hermanos, especialmente en el de los más pobres y excluidos.

La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que no se guarda ni se hace devoción en sí misma, sino que se expande y se comunica en la misión.

La fe que es un “enérgico resorte” es la fe que no se resigna a “lo que hay”, sino que es puerta siempre abierta para despertar nuevas posibilidades.

Pidamos al Señor que nos regale esta fe:  la fe que es un “enérgico resorte” .  La fe que impulsó y fue el motor de nuestros Fundadores, el Padre Guillermo y la Madre Adela. Para que así podamos vivir de la fe y actuar por ella, y ayudar a los demás “a no obrar más que por la fe, a no vivir más que de la fe”.

Señor Jesús,
necesito que tu Espíritu suscite en mí
la fe que es un enérgico resorte,
la fe que impulse, estimule y movilice mi vida.

Señor Jesús,
creo en Ti, quiero seguir tus huellas,
pero la mediocridad me inmoviliza
y no dejo que tu Presencia transforme mi corazón.

Señor Jesús,
no quiero vivir más que de la fe,
no quiero actuar más que por la fe,
dame la gracia de hacer de este deseo un compromiso cotidiano.

Señor Jesús,
sé que estás siempre a la puerta esperando,
quiero abrirte y volver a experimentar tu amistad,
porque solo en Ti se puede sostener la fe que es un enérgico resorte.

Amén

AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.