miércoles, 4 de septiembre de 2013

“Al comienzo de la oración,… Únete a Jesucristo, nuestro jefe y mediador ante Dios, para rezar con Él, por Él y en Él.” (Carta 761 - 9 febrero de 1835. Al P. León Meyer).

Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 85 – TALLER DE ORACIÓN V

Al comienzo de la oración,… Únete a Jesucristo, nuestro jefe y mediador ante Dios, para rezar con Él, por Él y en Él.” 
                                      (Carta 761 - 9 febrero de 1835. Al P. León Meyer).

Retomamos nuestro taller de oración de la mano de Guillermo José, a través de sus consejos a sus discípulos.  Después de haber dedicado un primer momento de la oración a renovar nuestra fe en la presencia de Dios, el Padre Chaminade, nos invita a unirnos a Jesús “para rezar con Él, por Él y en Él”.
La primera inquietud que nos puede surgir es preguntarnos: ¿Cómo que tenemos que unirnos a Jesús para orar?… ¿Unirnos a Él no es ya orar?.  Es cierto que el encuentro con el Señor es ya oración, pero siguiendo la misma tradición evangélica, oramos al Padre Dios y por eso necesitamos hacerlo “con Jesús, por Él, y en Él”.
“Con Jesús”: Es con Él, que nos presentamos al Padre, es con Él que aprendemos a orar como los discípulos, es con Él que caminamos por la vida y es con Él que en nuestra vida podemos recibir su Espíritu “que clama ¡Abbá Padre!” (Ga 4,6).  
“Por Jesús”, porque Él es el único Mediador entre Dios y nosotros, porque Él es el camino, y “nadie va al Padre sino por Mí” (Jn 14,6). Viviendo esta experiencia profunda de llegar al Padre por medio de Jesús y en comunión con Él expresa san Pablo: “Todo cuanto hagan de palabra y de obra, háganlo siempre en el nombre del Señor, dando gracias por Él a Dios Padre” (Col 3,17).
“En Jesús”, porque desde el Bautismo vivimos en Cristo y su Vida nos sostiene.  Él nos ha elegido como amigos, nos ha invitado a seguirlo, a vivir en comunión con Él y su Evangelio, a permanecer unidos en Él como los sarmientos a la vid: Yo soy la vid, 5ustedes los sarmientos.5 El que permanece en mí, y yo en él,5 da mucho fruto,5 porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, 6 es como el sarmiento que se tira y se seca;6 después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí 7 y mis palabras permanecen en ustedes,7 pidan lo que quieran7 y lo obtendrán”.
Unirse explícitamente a Jesús al comenzar la oración, nos coloca de la mano de nuestro Padre y Fundador en la más auténtica espiritualidad bíblica de la oración.
Por eso al comenzar la oración,… unámonos a Jesucristo “nuestro jefe y mediador ante Dios, para rezar con Él, por Él y en Él”.

Señor Jesús, quiero unirme a Ti,
porque Tú eres el Camino
y nadie puede ir al Padre sino es por Ti.
Contigo Señor Jesús, puedo aprender a orar,
y dejar que tu Espíritu clame desde lo más íntimo de mi ser:
¡Abbá Padre!

Por Ti Señor Jesús, presento al Padre mi vida,
mis necesidades y las de mis hermanos,
por Ti Jesús, le doy gracias de todo corazón.
En Ti Señor Jesús deseo permanecer,
como el sarmiento unido a la vid,
solo en Ti Jesús mi vida puede dar fruto.
Señor Jesús, al comenzar la oración,
me uno de corazón a tu Persona,
para orar contigo, por Ti y en Ti.
Amén.

                                       AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario