domingo, 29 de abril de 2012

“El Señor nos presenta una mies abundante pero somos muy pocos para cosecharla. Recojamos la que nos ofrece y procuremos reclutar buenos obreros: Rueguen al Dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”


La chamifrase de la semana 40

Domingo 29 de abril de 2012 – Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

“El Señor nos presenta una mies abundante pero somos muy pocos para cosecharla. Recojamos la que nos ofrece y procuremos reclutar buenos obreros: Rueguen al Dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”


(Carta 1209 - 26 junio 1840. Al P. Perrodin)

                                                                   
La Iglesia todos los años dedica especialmente el cuarto domingo de Pascua a la oración por las vocaciones.  Es cierto que el Reino de Jesús necesita obreros de todas las vocaciones y por todas ellas oramos: para que surjan y para que sean fieles.  Pero especialmente oramos por las vocaciones de especial consagración en la comunidad cristiana.  La disminución de los sacerdotes y religiosos/as ha ayudado a considerar la importancia de la vocación laical y su aporte específico en la Iglesia y en la sociedad. Hoy que los laicos han ido recuperando su lugar, necesitamos pedirle al Espíritu que suscite vocaciones consagradas, que vivan su identidad bautismal desde una entrega total al Proyecto del Reino de Jesús, siguiéndolo más de cerca, y siendo testigos que su Amor puede llenar toda una vida.
La permanencia de ciertas estructuras en la vida religiosa que no se resisten a dejarse transformar por una fidelidad creativa, y a la vez el “mal ejemplo” que algunos consagrados/as nos han legado, han desvirtuado el valor y la necesidad en la comunidad cristiana de personas que vivan una consagración especial. Es cierto que no es fácil en el ambiente cultural y social en el que vivimos que surjan vocaciones religiosas, pero también es cierto que una nueva sed de espiritualidad surge cada vez más profundamente desde los diversos rincones del mundo. 
Guillermo José daba una importancia fundamental a la vida religiosa en su proyecto misionero, era el núcleo que mantenía el fuego y podía desde su misma vida encender otros fuegos dentro de la Familia Marianista y fuera de ella.  Su actitud fue siempre comprometerse con las necesidades que se presentaban y a la vez a confiar convencido de que si no falta entrega y generosidad tampoco faltarán nuevos “trabajadores” que se sumen a la cosecha.  Es admirable como se anima a asumir ciertos compromisos misioneros confiando en las vocaciones que llegarían los años siguientes. 
En este tiempo que estamos viviendo, nuestro Fundador nos puede ayudar a los religiosos/as marianistas a vivir desde nuestra debilidad y pobreza con generosidad y entrega nuestra vida y nuestra misión; y a toda la Familia Marianista a orar confiados porque el Señor que nos soñó como Familia siga tocando el corazón de aquellos/as que llama a una vida de especial consagración dentro de ella.  Seguramente no serán los/as religiosos/as de hace 200 o 50 años, ni serán “perfectos” ni vendrán para retomar lo que los viejos religiosos hacían antes,… pero si oramos confiados y les hacemos lugar  no faltarán, y serán los que la Familia Marianista y la Iglesia necesitan hoy.



Padre Bueno y Misericordioso,
desde los inicios de la Iglesia tocaste el corazón de hombres y mujeres,
que se sintieron llamados a seguir más de cerca,
las huellas de tu Hijo Jesús.

A lo largo de la historia, las formas y los modos fueron cambiando,
pero nunca dejaste de convocar y sostener
personas que consagraran enteramente su vida al Reino de Jesús,
y con una dedicación especial a sus preferidos: los más pobres.

Hace doscientos años, a través del Padre Chaminade y la Madre Adela,
nos regalaste la vida religiosa marianista,
encarnada en hermanas y hermanos que viviendo en comunidad
se entregaran con entusiasmo a la misión de María.

Hoy, que hemos recuperado nuestra identidad más profunda
y compartimos la alegría de haber nacido para ser Familia,
te pedimos con fe renovada que toques el corazón de aquellos/as
que Tú sigues llamando a la vida religiosa marianista.

Amén

AT. sm

domingo, 15 de abril de 2012

“Recemos mucho y recemos con plena confianza: Nuestro Dios es el Padre de las misericordias y el Dios de todo consuelo”


La chamifrase de la semana 39

15 de abril de 2012 Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia


Recemos mucho y recemos con plena confianza: Nuestro Dios es el Padre de las misericordias y el Dios de todo consuelo”

(797 - 14 septiembre 1835. Al P. Chevaux).


A través de sus palabras y sus acciones, en el testimonio de su vida Jesús de Nazaret nos reveló el rostro de Dios Padre bueno y misericordioso, que nos ama infinita y gratuitamente, que nos acoge y recibe con su ternura materna y paterna, nos consuela y nos regala esa base segura afectiva y espiritual que nos ayuda a caminar por la vida con una fe cierta y una esperanza segura.

La experiencia de Dios de Guillermo José es también esta misma. En el trascurso de su larga vida fue descubriendo y reconociendo el rostro de Dios Padre y no duda en proponerlo a quienes acompaña.  Y es interesante descubrir la razón por la que el Padre Chaminade insiste en la oración.  No se trata de rezar a Dios para que nos alcance los favores que necesitamos porque es misericordioso.  Si no que es en la oración, encuentro personal e íntimo con el Dios de Jesús que descubrimos y experimentamos su misericordia y su bondad, y nos reconocemos hijos amados del Padre.

Decía Santa Teresa de Jesús que "No es otra cosa oración mental, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama". Cuando Guillermo José hablaba de oración mental no se refería a una serie de elucubraciones mentales sobre la Divinidad, sino a esta experiencia personal afectiva y profunda, del amor y la misericordia de Dios.

Por eso estamos invitados a “rezar mucho y con plena confianza”, a abrirle al puerta a ese Dios que está a la puerta y llama, esperando que le abramos para entrar y compartir con nosotros su amistad.

Y desde esta experiencia interior, podremos también nosotros con nuestras palabras y con nuestras acciones, con nuestro testimonio de vida, revelar a los demás el rostro del Dios de Jesús, que es el mismo que el rostro del Dios de nuestro Fundador, que es el mismo que el rostro del Dios de cada uno de nosotros.

Padre de las Misericordias,
regálanos la experiencia profunda de tu Presencia,
en la que nos reconocemos como hijos amados
e invitados a vivir con la dignidad de esta identidad tan profunda.

Padre de todo Consuelo,
recibe nuestros dolores y sufrimientos,
y concédenos la Paz interior y la serenidad que se experimentan
cuando nos dejamos abrazar en tu Amor.

Padre Bueno,
necesitamos crecer en la oración,
que es encuentro íntimo y de amistad,
para poder revelar con alegría tu rostro verdadero a los demás.
Padre de las Misericordias,
enséñanos a mirar con el corazón.
Padre de todo consuelo,
                                       transforma nuestra preocupación 
                                    en ocupación por los que más sufren,

Padre Bueno,
ayúdanos a ser reflejo cotidiano de tu bondad.

Amén

AT. sm

domingo, 8 de abril de 2012

“Le deseo, mi querido hijo, esa doble paz que Nuestro Señor Jesucristo, desea a sus discípulos el día de su resurrección”


La chamifrase de la semana 38

8 abril de 2012. Domingo de Pascua de Resurrección

“Le deseo, mi querido hijo, esa doble paz que Nuestro Señor Jesucristo, desea a sus discípulos el día de su resurrección”
                                               (Carta 193 – 4 abril 1822 – Al Sr. David Monier)


El Padre Chaminade en este saludo pascual, hace referencia al texto evangélico en el que Jesús Resucitado se presenta a sus discípulos y les saluda dos veces seguidas con el mismo deseo: “La paz esté con ustedes” (Jn. 20 19-21).  La liturgia eucarística ha recogido este saludo del Señor Resucitado y nos invita luego a compartir esa misma paz con los demás.

El don de la Paz es un fruto de la Resurrección. Cuando el Señor “aparece” en nuestro camino su  Paz invade nuestra vida.  Vivimos tantas veces preocupados con tantas cosas y ocupados en tantas otras cosas.  Arrastramos en nuestro interior viejos conflictos, heridas y dificultades que las relaciones con los demás van dejando en nuestro interior. Estamos inquietos, no encontramos la Paz.  Y Jesús “se nos aparece” vivo y resucitado y ni siquiera nos damos  cuenta.  De tantas maneras El vuelve a aparecer en nuestro camino, y nosotros seguimos enredados y perdidos en nuestros problemas.

La luz de un nuevo día, la mirada luminosa de una persona que nos quiere, la sonrisa llena de ternura de un niño pequeño, una mano tendida sin esperar nada a cambio, un tiempo compartido con gratuidad,… de tantas maneras el Señor Resucitado nos desea como a sus discípulos: “La paz esté con ustedes”, y nos los repite no una vez sino varias veces durante el día, pero estamos tan ocupados y hemos perdido a tal punto la capacidad de asombro, que seguimos buscando esa paz que creemos  “nunca llega”.

El Padre Chaminade ha tratado con el Sr. David Monier en su habitual correspondencia diversos asuntos, especialmente económicos (préstamos, gastos que no se pueden pagar, obras que hay que hacer pero no se cuentan con recursos,….etc.). Conoce el corazón de su discípulo, y sabe que sobre todo en momentos difíciles, David Monier se enrieda interiormente en culpabilidades y luchas interiores, algunas veces proyectadas hacia los demás y sintiéndose criticado y rechazado.  Guillermo José aprovecha las fiestas pascuales para desearle esta “doble paz” que el mismo Jesús le deseó a sus discípulos. Y nos los desea también a nosotros sus discípulos del siglo XXI: “La paz esté con ustedes”.

Señor Jesús,
gracias por seguir “apareciendo” en nuestras vidas,
una y otra vez,
de una y mil maneras diferentes,
pero siempre deseándonos de corazón:
“La paz esté con ustedes”

Señor Jesús,
tu conoces nuestro interior
y las batallas que se juegan en nuestro corazón;
aunque a veces no seamos capaces de reconocer tu Presencia,
no dejes de expresarnos tu deseo
“La paz esté con ustedes”

Señor Jesús,
tu Presencia viva nos habita y sostiene,
nos da la fuerza para seguir caminando la vida
y nos regala un horizonte de sentido,
porque cuando te reconocemos y dejamos entrar en nuestras vidas,
experimentamos que tu deseo se hace realidad, y
“La paz ESTÁ con nosotros”.
AMÉN
                                                                                                                 AT sm

lunes, 12 de marzo de 2012

“Cuanto más ocupado esté, más a menudo necesita entrar en sí mismo…”


La chamifrase de la semana 37

12 de marzo de 2012

“Cuanto más ocupado esté, más a menudo necesita entrar en sí mismo…”

   (Carta 312 – 26 agosto 1824 – Al Sr. Clouzet, Saint Remy).

Son tiempos difíciles para la multifacética obra de Saint Remy.  No faltan las preocupaciones acerca del  sostenimiento de importante emprendimiento ni los conflictos internos en la comunidad.  Hay mucho para hacer y en qué ocuparse.  Sobre todo para los responsables de la misma.  El Padre Chaminade está atento a la realidad y al escribirle al Sr. Clouzet, le da este magnífico consejo desde su propia experiencia.  De hecho la carta comienza expresando las tantas ocupaciones que tiene el Fundador que influyen en el retraso con el que contesta la correspondencia que recibe.

La orientación es sencilla y concreta. No se trata tanto de trabajar menos, como de saber parar y enfocar la tarea que se está haciendo desde el interior.  Este “entrar en sí mismo” no implica varias horas al día de ejercicios de introspección sino sencillamente hacerlo “al menos en algunas acciones principales de la mañana y de la tarde; y para que ésta práctica produzca todo su efecto, en cada acción principal, entre en un profundo recogimiento, suspendiendo durante uno, dos e incluso tres minutos cualquier otro pensamiento, sentimiento, etc.”. Nos impacta la capacidad de Guillermo José para proponer una práctica tan concreta y a la vez eficaz para poder vivir con profundidad y sentido nuestra vida cotidiana.

Por eso cuanto más ocupados estemos, necesitamos entrar más a menudo en nosotros mismos.  Una pequeña pausa puede cambiar nuestra postura frente a la acción que estamos desarrollando. Y es además un consejo eficaz para no aumentar el stress y sus consecuencias negativas en nuestra salud física, psíquica y espiritual.
¿Por qué si con una práctica tan sencilla podemos “ocuparnos” mejor de nuestras tantas “ocupaciones” no somos capaces de incorporarla a nuestra vida cotidiana? El Padre Chaminade no duda que depende de nuestra propia decisión, por eso le aconseja a Clouzet: “Haga todo lo que dependa de usted para conseguir una completa paz en su alma y mantenerse en ella”.

Hoy diversas propuestas para “vivir mejor” proponen esta práctica, que para nosotros no es nada nuevo, es una perlita para nuestro crecimiento personal que podemos sacar del tesoro de la experiencia chaminadiana.

¿La ponemos en práctica…?

Respira profundo, y en este momento te invito a suspender durante uno, dos e incluso tres minutos cualquier otro pensamiento, sentimiento,…

…  …   …


Y no te olvides de practicarlo alguna vez durante las acciones principales de la mañana y de la tarde,… porque cuando más ocupado estés, más a menudo necesitas entrar en ti mismo.

                                                                                                                 AT sm

domingo, 4 de marzo de 2012

“Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”



La chamifrase de la semana 36

4 de marzo de 2012

 “Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”

(Carta 141 – 15 junio 1820. A la Srta. Carlota de Lachapelle).

El consejo claro y contundente del Padre Chaminade llega en el momento oportuno a la Srta. de Lachapelle.  Desde hace tiempo el acompañamiento epistolar del Fundador con esta mujer es testigo por una parte de la hondura de su proceso personal y espiritual, y por otra de las tantas dificultades que no la dejan tomar la decisión de ingresar a la comunidad de las religiosas marianistas.  Todas estas dificultades son comprensibles, especialmente las que tienen que ver con la realidad y las necesidades de su familia. Pero se van convirtiendo poco a poco en falsas razones por las que se retarda una decisión para la que ya está suficientemente preparada.

Es por eso que Guillermo José no tiene dudas en indicarle con su autoridad de padre espiritual“Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”. Le advierte sin vueltas que “el demonio no tardará en hacerle encontrar nuevos motivos para retardar” su decisión. Y le recuerda que “Toda razón debe cesar cuando llama el gran Maestro”. Esta última frase del Padre Chaminade nos trae a la memoria aquellos pasajes evangélicos en los que al“Sigueme” del Señor, le sucede el “lo dejaron todo y lo siguieron”. La Srta. de Lachapelle sabe que si toma la decisión tantas veces retardada “será libre, libre de correr por los caminos de Dios”.  No será fácil pero la anima las palabras finales de su guía espiritual: “Que el Señor, mi querida hija, te conceda valor y fuerza”.

También nosotros necesitamos valor y fuerza para tomar una actitud firme y decidida en este momento de nuestras vidas.  Cuántas decisiones retardadas por tantos obstáculos comprensibles.  A veces se trata de opciones vocaciones, pero tantas otras de necesidades importantes que tienen que ver con nuestro crecimiento personal integral.  A veces se trata de cambios en nuestra vida social y a veces se trata de cambios interiores que nos permitan superar situaciones que nos esclavizan. Sentimos que tenemos que dar pasos pero una y otra vez lo dejamos para otro momento.  Siempre hay alguna razón “más importante” a la hora de tomar la decisión.  ¿Y si tomamos conciencia que es el “gran Maestro” el que nos llama a tomar esta decisión porque nos quiere felices y caminando siempre hacia la plenitud?

La Srta. Carlota de Lachapelle finalmente tomó la decisión a pesar de que siguieron apareciendo nuevos motivos que podrían justificar el retardo de la misma. Y así las religiosas marianistas tuvieron en su comunidad a la Madre de la Encarnación, un verdadero don para el desarrollo de la vida y la misión marianista de la primera generación. 

¿Seremos nosotros hoy capaces de no retardar más esa decisión que nos ayudará a vivir con mayor libertad y sentido nuestras vidas, y así ser de alguna manera un don para los demás?


Señor Jesús,
una y otra vez pasás a nuestro lado
y escuchamos tu invitación: “Sígueme”.
Sentimos que nuestro corazón desea responder con libertad
y seguir con alegría y entusiasmo tus caminos de Vida nueva.
Pero tenemos tantas razones que retardan nuestra decisión:
“las responsabilidades familiares, laborales y sociales” no nos permiten
dar el paso y ser libres “para correr por los caminos de Dios”.

Señor Jesús,
ayudanos a despertarnos y así asumir que este es el tiempo oportuno
para tomar una actitud firme y decisiva en nuestras vidas,
y dar aquellos pasos que hace tanto tiempo retardamos,
en nombre de comprensibles razones.
Danos valor y fuerza para tomar esta decisión interior que hoy necesitamos,
porque ella nos ayudará a profundizar nuestro horizonte de sentido,
y a caminar hacia la plenitud de nuestras vidas.

Amén.
 A.T sm

domingo, 19 de febrero de 2012

“No se rompan la cabeza: dejen actuar al corazón”



La chamifrase de la semana 35

19 de febrero de 2012

“No se rompan la cabeza: dejen actuar al corazón

(Carta 68 - 1 junio 1816 – a  Adela de Trenquelléon).

A una semana del inicio de la primera comunidad religiosa marianista en Agen, el Padre Chaminade escribe a Adela y a sus primeras compañeras, anunciando que llegará para acompañarlas unos días después.  La primera semana ha sido intensa y no han faltado situaciones que han generado inquietud y necesidad de encontrar soluciones que posibiliten la continuidad de este paso tan importante. Algunas de las dificultades han venido porque el Obispo del lugar tiene ideas diferentes a las de Guillermo José acerca del estilo de vida religiosa que tienen que vivir.  Y de alguna manera están en un callejón sin salida. El consejo del Fundador les ayuda a cambiar de perspectiva en la resolución de los problemas.  No se trata de una mera negociación entre posturas diversas para lograr encontrar una resolución al conflicto.  La misma Adela prefiere aceptar la postura del Obispo para poder seguir adelante con el Proyecto, pensando que insistir en la exigencia chaminadiana de una vida religiosa plena podría quitarle impronta misionera a su nueva comunidad (dada la costumbre de la clausura para las religiosas de votos perpetuos).

Guillermo José sabe que mientras llega a Agen necesita acompañar a las hermanas para que puedan discernir con tranquilidad.  Se da cuenta que seguir agregando argumentos no tiene sentido y por eso les pide que “no se rompan la cabeza”.  Y las invita a que “dejen actuar el corazón”: porque en él se reencontrarán con las motivaciones más profundas que las ha llevado a juntarse en Agen para dar inicio a la vida religiosa marianista; y porque es en el corazón donde el Señor les confirmará la vocación a la que han sido llamadas.
Cuántas veces nos perdemos buscando solucionar nuestros problemas o las dificultades que nos surgen en la vida y en la misión, y especialmente ante situaciones nuevas y decisiones que tenemos que tomar y nos “rompemos la cabeza” sin encontrar la salida adecuada o conformándonos con opciones parciales aceptadas antes de tiempo.  En estas situaciones, hay que “dejar actuar el corazón”: porque nos ayuda a tomar conciencia de lo esencial, nos reubica en un contexto existencial y espiritual más amplio y profundo, porque es el lugar donde el Espíritu confirma las opciones fundamentales y porque podremos reconsiderar nuestras ideas con un horizonte de sentido más auténtico.

Admira recibir de labios del Padre Chaminade  este consejo: “No se rompan la cabeza: dejen actuar el corazón”, escrito hace casi doscientos años y que cualquier maestro espiritual actual nos recomendaría con convicción.

Querido Guillermo José, queremos hoy dejarnos acompañar por vos,
que con tu sabiduría y tu testimonio nos invitás
a no dejarnos desalentar por los problemas
y a saber mirar “más allá” a la hora de tomar decisiones.

Querido Guillermo José,
cuando nos enfrentamos a los conflictos que nos toca resolver,
o estamos en presencia de dificultades
que aparecen  en nuestra vida y en nuestra misión,
o cuando no terminamos de encontrar una solución adecuada a un problema,
o sentimos que los argumentos se acaban para sostener una opción,
o cuando nos cansamos y preferimos aceptar
una solución mediocre y transitoria antes de seguir buscando,
esperamos volver a escuchar desde nuestro interior
tu voz de Padre y Consejero:

“No se rompan la cabeza: dejen actuar el corazón”

                                                                                                                 AT sm

lunes, 6 de febrero de 2012

“Le hago llegar el algodón que ha tocado a Nuestra Señora del Pilar. Que la divina Madre se digne bendecir este algodón, si la curación de su sordera es para gloria de Dios…”


La chamifrase de la semana 34

6 de febrero de 2012


Le hago llegar el algodón que ha tocado a Nuestra Señora del Pilar. Que la divina Madre se digne bendecir este algodón, si la curación de su sordera es para gloria de Dios…”

(Carta 12 – 28 diciembre 1798. A la Srta. de Lamourous).

Esta frase del Padre Chaminade, en una de las cartas que le escribe a la Srta. de Lamourous desde el exilio de Zaragoza, nos sorprende por el gesto concreto y sencillo de devoción mariana sin perder el marco teológico en el que pueda insertarse adecuadamente un acto de fe de este tipo.  Este tipo de gesto es raro encontrarlo en las cartas de Guillermo José. En primer lugar creo que se integra en una relación especial que mantenía con María Teresa de Lamourous, de quien era su director espiritual, pero con quien también lo unía una profunda amistad solidificada en los tiempos de la persecución en Burdeos, y que seguirá consolidándose a su vuelta del exilio.  María Teresa era una mujer un poco escrupulosa y con sentimientos interiores de no ser digna del favor de Dios.  Quizás Guillermo José no solo piensa en su sordera física sino en su resistencia a escuchar la Palabra del Señor y dejarse transformar radicalmente por ella.  Además el “milagro” que se pide viene de la mano de María del Pilar, que nos invita a confiar plenamente en la protección del Señor que nos sostiene y protege.  Ella nos impulsa a tomarnos con decisión de ese pilar de la fe, que nos ayuda a reconocer el rostro misericordioso del Señor y a creer firmemente en su Presencia en nuestras vidas.

Unas semanas después, Guillermo José escribe en el inicio de otra carta dirigida a María Teresa:Agradezco a Dios que la haya curado completamente de su sordera. Que su voluntad se cumpla en usted” (Carta 13, 15 de enero de 1799).  Parece que el milagro llegó pronto y el Padre Chaminade advierte que el mayor milagro es que la voluntad de Dios se cumpla en ella.  La necesidad de descubrir y asumir la voluntad del Señor, entregándole su vida sin reservas a Él y a la misión, era el hilo conductor de los consejos de Guillermo José a su hija espiritual. 

¿Podremos leer también en estas palabras la misma necesidad interior de nuestro Padre y Fundador, en esos años difíciles del exilio en Zaragoza?  Cuantas veces se habrá acercado al Pilar y habrá pedido con devoción: “Que se haga en mí Tu Voluntad”.  Cuantas veces habrá contemplado con el corazón desasosegado de esos tiempos a la pequeña imagen de la Virgen sobre ese imponente Pilar, y habrá exclamado desde lo más profundo de su ser: “que yo también pueda creer y aceptar como tú Madre en la Anunciación la Buena Noticia que el Señor tiene para mí,… y pueda decirle con sencillez aunque mucho no termine de entender: “Que se haga en mí según tu Palabra”.

María del Pilar,
ayúdanos a vivir de la fe,
y a confiar de corazón en la acción de Dios en nuestras vidas,
para que no necesitemos más que el milagro
de creer en la Presencia de nuestro Dios que camina a nuestro lado.

María del Pilar,
ayúdamos a caminar en la esperanza,
y a recibir con alegría la Buena Noticia del Evangelio
que es tan actual hoy como hace dos mil años,
y nos invita a vivir anunciando a los demás “este tesoro” que hemos encontrado.

María del Pilar,
ayúdanos a crecer en el amor,
para que desde la experiencia interior del amor incondicional del Señor
que sana nuestras heridas y nos invita a ser felices,
podamos manifestar a los demás su Presencia con nuestros gestos de amor cotidianos.

María del Pilar,
nos agarramos con fuerza de tu Pilar,
sabiendo que tú nunca nos sueltas de tu mano,
lo aprendimos de Guillermo José que hoy nos invita
a vivir de la fe, caminando en la esperanza y creciendo en el amor.
.
Amén


(A los pies de la Virgen del Pilar, en el Santuario de Zaragoza, el pasado viernes 3 de febrero de 2012, hemos puesto las intenciones de todos los lectores de “la chamifrase de la semana”, para que “su voluntad se cumpla” en cada uno de ustedes)

AT sm