domingo, 4 de marzo de 2012

“Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”



La chamifrase de la semana 36

4 de marzo de 2012

 “Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”

(Carta 141 – 15 junio 1820. A la Srta. Carlota de Lachapelle).

El consejo claro y contundente del Padre Chaminade llega en el momento oportuno a la Srta. de Lachapelle.  Desde hace tiempo el acompañamiento epistolar del Fundador con esta mujer es testigo por una parte de la hondura de su proceso personal y espiritual, y por otra de las tantas dificultades que no la dejan tomar la decisión de ingresar a la comunidad de las religiosas marianistas.  Todas estas dificultades son comprensibles, especialmente las que tienen que ver con la realidad y las necesidades de su familia. Pero se van convirtiendo poco a poco en falsas razones por las que se retarda una decisión para la que ya está suficientemente preparada.

Es por eso que Guillermo José no tiene dudas en indicarle con su autoridad de padre espiritual“Tome pues, mi querida hija, una actitud firme y decidida”. Le advierte sin vueltas que “el demonio no tardará en hacerle encontrar nuevos motivos para retardar” su decisión. Y le recuerda que “Toda razón debe cesar cuando llama el gran Maestro”. Esta última frase del Padre Chaminade nos trae a la memoria aquellos pasajes evangélicos en los que al“Sigueme” del Señor, le sucede el “lo dejaron todo y lo siguieron”. La Srta. de Lachapelle sabe que si toma la decisión tantas veces retardada “será libre, libre de correr por los caminos de Dios”.  No será fácil pero la anima las palabras finales de su guía espiritual: “Que el Señor, mi querida hija, te conceda valor y fuerza”.

También nosotros necesitamos valor y fuerza para tomar una actitud firme y decidida en este momento de nuestras vidas.  Cuántas decisiones retardadas por tantos obstáculos comprensibles.  A veces se trata de opciones vocaciones, pero tantas otras de necesidades importantes que tienen que ver con nuestro crecimiento personal integral.  A veces se trata de cambios en nuestra vida social y a veces se trata de cambios interiores que nos permitan superar situaciones que nos esclavizan. Sentimos que tenemos que dar pasos pero una y otra vez lo dejamos para otro momento.  Siempre hay alguna razón “más importante” a la hora de tomar la decisión.  ¿Y si tomamos conciencia que es el “gran Maestro” el que nos llama a tomar esta decisión porque nos quiere felices y caminando siempre hacia la plenitud?

La Srta. Carlota de Lachapelle finalmente tomó la decisión a pesar de que siguieron apareciendo nuevos motivos que podrían justificar el retardo de la misma. Y así las religiosas marianistas tuvieron en su comunidad a la Madre de la Encarnación, un verdadero don para el desarrollo de la vida y la misión marianista de la primera generación. 

¿Seremos nosotros hoy capaces de no retardar más esa decisión que nos ayudará a vivir con mayor libertad y sentido nuestras vidas, y así ser de alguna manera un don para los demás?


Señor Jesús,
una y otra vez pasás a nuestro lado
y escuchamos tu invitación: “Sígueme”.
Sentimos que nuestro corazón desea responder con libertad
y seguir con alegría y entusiasmo tus caminos de Vida nueva.
Pero tenemos tantas razones que retardan nuestra decisión:
“las responsabilidades familiares, laborales y sociales” no nos permiten
dar el paso y ser libres “para correr por los caminos de Dios”.

Señor Jesús,
ayudanos a despertarnos y así asumir que este es el tiempo oportuno
para tomar una actitud firme y decisiva en nuestras vidas,
y dar aquellos pasos que hace tanto tiempo retardamos,
en nombre de comprensibles razones.
Danos valor y fuerza para tomar esta decisión interior que hoy necesitamos,
porque ella nos ayudará a profundizar nuestro horizonte de sentido,
y a caminar hacia la plenitud de nuestras vidas.

Amén.
 A.T sm

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