domingo, 9 de diciembre de 2012

“La fe se convirtió en María en plenitud de gracias y en fuente de vida”. (Carta 1271 - 1 marzo 1843. Al P. Perrrodin).


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 55 – Domingo 9 de diciembre de 2012.

“La fe se convirtió en María en plenitud de gracias y en fuente de vida”.


(Carta 1271 - 1 marzo 1843. Al P. Perrrodin). 


Más allá de los dones sobrenaturales que María recibió de Dios Padre preparándola para ser la Madre de su Hijo desde la Inmaculada Concepción, el don de la fe es el regalo más precioso.  Así lo reconoce el Padre Chaminade cuando escribe inmediatamente antes de la frase que presentamos hoy: “Todos los tesoros de la Divinidad se reducen en María  a la fe”. Una fe que es don pero que también es respuesta, y por eso el Sí de María en la Anunciación, es fuente de vida en Ella y para los demás.
 
María con su Sí abre la puerta a la Encarnación en su cuerpo, pero también en su corazón. Porque simultáneamente a la concepción biológica de Jesús, recibe por la fe su Presencia en su interior.

Y es en este sentido que el Padre Chaminade, cuando en su preocupación constante por encontrar argumentos para invitarnos a “vivir de la fe”, rescatando la invitación bíblica: “Que Cristo habite en sus corazones por la fe” (Ef. 3,17), no puede dejar de contemplar en María, la confirmación de la misma.  Y a partir de su testimonio saca para nosotros también una asombrosa conclusión: “Como María concibió, por su fe, a Jesucristo en el orden natural, así también nosotros lo podemos concebir realmente, por nuestra fe, en el orden espiritual”.

Por medio de la fe, gracia y respuesta, también nosotros a través de nuestro sí le abrimos la puerta a la Presencia real de Jesús en nuestros corazones.  Él siempre habita en lo más profundo de nuestro ser.  Su Presencia en un regalo gratuito y generoso del Padre. Pero necesita que como María, conscientes de nuestra fragilidad y nuestra pobreza, nos animemos a recibirlo y le dejemos ocupar su lugar en nuestra casa interior. Así la fe puede también convertirse para nosotros “en plenitud de gracias y en fuente de vida”, porque Él mismo es la Plenitud de la Gracia y la Fuente de la Vida.

María, Mujer de Fe,
por tu Sí el Hijo de Dios se encarnó en tu seno,
y su Presencia habitó plenamente en tu corazón.

María, Modelo de nuestra Fe,
queremos como vos acoger la gracia y responder con generosidad,
para que tu Hijo Jesús habite en nosotros por la fe.

María, Madre nuestra,
enséñanos a vivir de la fe para que ella se convierta en nosotros
en plenitud de gracias y en fuente de vida.

María, somos tu Familia,
ayúdanos a escuchar la Palabra y a ponerla en práctica,
para que también nosotros durante esta vida,
podamos experimentar
que es posible ser felices
porque hemos creído.
Amén
AT sm
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