domingo, 21 de agosto de 2011

“Mantente en paz en medio de las tormentas y preocupaciones de la vida”


La Chamifrase de la Semana 12
21 de agosto de 2011

 “Mantente en paz en medio  de las tormentas y preocupaciones de la vida”

      (Carta 652 – 30 de noviembre 1832. Al P. Chevaux)

Cuando nos encontramos en situaciones difíciles que desestabilizan nuestra vida cotidiana, no pocas veces nos dejamos invadir por la angustia, la ansiedad o el dolor que esa situación nos causa y perdemos la paz.  El paso siguiente es quedarnos entrampados en esos sentimientos negativos, y terminar habitualmente haciéndonos daño o dañando a los demás. 
A Guillermo José no le faltaron en su vida situaciones difíciles y preocupaciones.  Algunas fueron consecuencia de la realidad política de la época, otras le llegaron desde la irresponsabilidad en las decisiones tomadas por sus seguidores, y también por la ofensa y desprecio de algunos de ellos.
Llama la atención cómo interpela permanentemente a las personas que están golpeadas las “tormentas y preocupaciones de la vida” a mantenerse en Paz.  Y lo hace desde su propia experiencia personal.
Mantener la paz no es simplemente mantener el status quo de las situaciones ni negarse a enfrentar los conflictos.  Mantener la paz no es resignarse y abandonar las posibilidades de superar las dificultades y construir nuevos proyectos. Mantener la paz no es callar las propias perspectivas diferentes ni someter a los demás a mis propias convicciones.  Mantener la paz no es esconderse hasta que pase la tormenta.  Mantener la paz tampoco es seguir adelante como si nada hubiera pasado.
Lograr mantener la paz  “en medio de las tormentas y dificultades de la vida” es un don y una tarea, que se sostiene en la confianza y en la esperanza, sabiendo aceptar las contradicciones de la vida, sabiendo reconocer las posibilidades y las fuerzas que nos sostienen, y sabiendo hacerle lugar a nuestro lado al Dios que no deja de acompañarnos. Porque Él es la verdadera Paz. Sí, Él es la fuente de nuestra verdadera Paz.

En medio de las tormentas,
tu Presencia aquieta mi corazón.
En medio de las preocupaciones de la vida,
tu Presencia pacifica mi interior.
En medio de las situaciones difíciles,
tu Presencia hace crecer mi confianza.
En medio de las incomprensiones,
tu Presencia me invita a renovar la esperanza.
En medio de los dolores y sufrimientos,
tu Presencia me consuela y anima.
En medio de las tristezas,
tu Presencia me regala serena alegría.
En medio de las “tormentas y preocupaciones de la vida”
es posible mantenerme en paz, porque caminas a mi lado
Y eres la verdadera Paz.
Si, tú eres mi verdadera PAZ.
Amén.

A.T. sm

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