miércoles, 18 de diciembre de 2013

“¡Qué fuerte somos cuando Nuestro Señor Jesucristo está con nosotros!... “Padre”, se ocupa de nosotros y provee a todas nuestras necesidades con entrañable solicitud.” (Carta 1289 - 2 enero 1844. Circular a la Tercera Orden de las Hijas de María).

La chamifrase 100 – 18 de diciembre – NOVENA DE NAVIDAD  3

“¡Qué fuerte somos cuando Nuestro Señor Jesucristo está con nosotros!... “Padre”, se ocupa de nosotros y provee a todas nuestras necesidades con entrañable solicitud.” 
         (Carta 1289 - 2 enero 1844. Circular a la Tercera Orden de las Hijas de María).

En una primera lectura de esta frase del Padre Chaminade, podemos pensar que se equivocó de persona de la Santísima Trinidad, estaba hablando del Hijo y cambia a Dios Padre.  Pero no es así. Llamar a Jesús “Padre” ha sido una costumbre de muchos grupos y cofradías devocionales, resaltando su protección paternal en el camino de la vida cristiana. Esta costumbre tiene también sus fundamentos bíblicos y teológicos. El mismo Jesús, cuando el apóstol Felipe le pide que les muestre al Padre le responde: El que me ha visto, ha visto al Padre. 9¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees10 que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?10 Las palabras que digo no son mías:10 el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme:11 yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.” (Jn 14, 18). Es por eso que sin confundir la fe en la Trinidad, podemos reconocer en Jesús la imagen verdadera del Padre y ahondar más profundamente el misterio trinitario.
En otras ocasiones, cuando el Padre Chaminade enumera los títulos de Jesucristo, incluye el de Padre.  Y en esta frase, en este texto tan hondo del final de su vida, sin duda que lo dice desde su propia experiencia de Jesús, en la que ha podido reconocer la presencia del Padre Dios a través de su Imagen verdadera (recordemos que en sentido teológico la imagen no es una reproducción sino que porta la presencia misma de quien representa).
Es por eso que de la mano de Guillermo José estamos también nosotros llamados a descubrir en Jesucristo el rostro del Padre que “se ocupa de nosotros y provee a todas nuestras necesidades con entrañable solicitud”.  En la presencia cercana de Jesús descubrimos el amor, la misericordia, la fidelidad y la ternura paternal de Dios hacia cada uno de nosotros. Dejándonos mirar por Jesús, recibimos también en nuestro interior la experiencia profunda de un Padre que no se cansa de esperarnos y perdonarnos.  A través de los sacramentos, es Jesús mismo que de alguna manera genera y renueva en nosotros la gracia, es Padre del Hombre Nuevo que va creciendo en nuestro interior.  Haciendo memoria del paso de Jesús por nuestra vida, tomamos conciencia de que Él nunca nos ha dejado solos, se ha ocupado siempre de cada uno de nosotros, y nos ha regalado aquello que necesitamos para seguir viviendo con mayor plenitud.  En el paso de Jesús por nuestras vidas podemos reconocer la paternidad de Dios.
Con Nuestro Padre y Fundador, exclamemos con honda experiencia filial: “¡Qué fuerte somos cuando Nuestro Señor Jesucristo está con nosotros!... “Padre”, se ocupa de nosotros y provee a todas nuestras necesidades con entrañable solicitud.”.  Y vivamos cada día agradecidos y consecuentes con esta experiencia.

Jesús, Imagen del Padre,
tu mirada de amor y misericordia
nos invita a volver a experimentar
con alegría el abrazo de Dios.

Jesús, Rostro del Padre,
tus palabas de vida nos animan,
y tus gestos de ternura nos invitan
a confiar y abrir nuestro corazón necesitado de perdón.

Jesús, Presencia del Padre,
te ocupas cada día de cada uno de nosotros
y provees a todas nuestras necesidades
con entrañable solicitud paternal.

Jesús, en Ti vemos al Padre,
danos la gracia de experimentar cada día
tu invitación a vivir de acuerdo a lo que somos:
hijos e hijas de un Padre Dios.

Amén
ATsm


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