martes, 17 de diciembre de 2013

¡Qué fuerte somos cuando Nuestro Señor está con nosotros!... “Amigo”, nos acompaña por todas partes, no nos abandona nunca y nos aconseja sin cesar. (Carta 1289 - 2 enero 1844. Circular a la Tercera Orden de las Hijas de María).

La chamifrase 99 – 17 de diciembre – NOVENA DE NAVIDAD  2

¡Qué fuerte somos cuando Nuestro Señor está con nosotros!... “Amigo”, nos acompaña por todas partes, no nos abandona nunca y nos aconseja sin cesar. (Carta 1289 - 2 enero 1844. Circular a la Tercera Orden de las Hijas de María).

El Padre Chaminade ya anciano y en la difícil etapa final de su vida, expresa de corazón quién es Jesús para él.  Emociona imaginarse escucharlo decir estas palabras con serenidad y como fruto de su honda experiencia de Jesús en su vida.  Jesús es el amigo que lo ha acompañado por todas partes a lo largo de su larga trayectoria.  Jesús es el amigo que no lo abandona nunca, aun cuando todos los demás lo abandonen.  Jesús es su principal consejero, que permanentemente y de muchas maneras le hace conocer el camino por donde seguir.
Considerar a Jesús como Amigo no es una mera propuesta de la catequesis vivencial para niños y adolescentes de las últimas décadas.  Los cristianos de los primeros siglos consideraban a Jesús como el Amigo que siempre camina a nuestro lado y nunca nos falla.  Basta recordar el famoso ícono de la amistad en la que se ve al abad Mena acompañado por Jesús que camina a su lado apoyándole la mano en el hombro.  Se lo regalaron al abad sus hermanos de comunidad en tiempos de profunda depresión para que pudiera ver como en un espejo que no estaba solo y que el Amigo Jesús no dejaba de estar a su lado.  Estamos hablando de los cristianos coptos de Egipto por el siglo VI.
La experiencia de Jesús es una vivencia afectiva mucho más profunda que una sensación emocional, porque hunde sus raíces en lo más profundo de nuestro ser.  Es una auténtica experiencia existencial que nos invita a fundar nuestra relación con Dios desde la amistad y no desde la sumisión o la esclavitud ante un ser Todopoderoso.
El Padre Chaminade, puede llamar a Jesús Amigo porque en su vida ha experimentado aquello que el Libro del Apocalipsis nos regala como propuesta de Jesús tan simple pero con tanta fuerza narrativa: “Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” (Ap 3,20).
Jesús sigue estando a la puerta y llama, ¿nos animamos de la mano de nuestro Padre y Fundador a abrirle la puerta de “nuestra casa interior”?. Así, también nosotros podremos testimoniar con Guillermo José que Jesús es “Amigo, nos acompaña por todas partes, no nos abandona nunca y nos aconseja sin cesar.”

Para llevar a la oración la reflexión de esta chamifrase te propongo contemplar una versión moderna del ícono de la amistad.  Y que al contemplarla puedas verte también como en un espejo en el lugar del abad Mena (claramente es la persona de barba blanca).  Y así experimentar que Jesús es el amigo que pone su mano en tu hombro, que te acompaña por todas partes, que no te abandona nunca y que te aconseja sin cesar.  Y que ese diálogo de miradas profundo con el Amigo Jesús quede guardado en tu corazón.
ATsm




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