domingo, 4 de enero de 2015

“Que el nuevo año que te deseo sea de los mejores para el tiempo y la eternidad, para el cuerpo y para el alma”. (Carta 497, 15 de enero de 1830, al P. Lalanne)


La chamifrase de la semana 128  - 4 de enero de 2015

“Que el nuevo año que te deseo sea de los mejores para el tiempo y la eternidad, para el cuerpo y para el alma”. (Carta 497, 15 de enero de 1830, al P. Lalanne)

 Un nuevo año comienza, y durante estos primeros días de enero deseamos una y otra vez los mejores deseos a las personas con las que nos encontramos o a quienes nos acercamos con algún mensaje o llamada especial.  Desear un buen año y recibir los deseos de felicidad que nos regalan los demás nos ensancha el corazón y nos ilumina la mirada.  Las quejas del año que terminó se esfuman y experimentamos la alegre sensación de que algo nuevo y bueno está comenzando.  ¿Cómo sostener durante el año esta experiencia y no dejarnos arrastrar por el pesimismo que las dificultades y los problemas nos traerán con la rutina cotidiana? ¿Cómo vivir y hacer realidad estos deseos intercambiados en estos días, y no resignarnos y comenzar a esperar que este año termine lo antes posible para ver si el próximo nos trae la felicidad?

El Padre Chaminade nos ofrece una clave en este augurio de año nuevo que le regala al Padre Lalanne.  No le desea nada en concreto, sino que este año que comienza “sea de los mejores para el tiempo y la eternidad, para el cuerpo y para el alma”. Guillermo José comprende que la auténtica felicidad está en vivir auténticamente, con sentido, y unificando nuestra existencia en cada paso de la vida que transitamos.  ¡Cuánto daño ha hecho a la experiencia humana y a la fe cristiana la división entre lo temporal y lo eterno, entre el cuerpo y el alma, entre lo material y lo espiritual!  Tanto el materialismo ateo que algunas décadas atrás se convirtió en el paraíso perdido de muchos que buscaban vivir más sinceramente la existencia humana como el espiritualismo postmoderno que busca desencarnarse para vivir “la verdad del ser”, nos alejan de nuestra realidad única y esencial: nuestra humanidad.

Guillermo José sabe que las preocupaciones y proyectos del Padre Lalanne ocupan su tiempo y su agenda, y por otro lado cumple con los deberes de oración y sus prácticas religiosas.  Pero esa tensión que experimenta en los momentos de tomar decisiones, expresan una falta de unificación en su vida personal.  Y por eso aprovecha el saludo de inicio del año, para ayudarlo a encaminar su vida, animándolo a unificar en su experiencia vital “el tiempo y la eternidad”, comprendiendo la necesidad de satisfacer a la par los requerimientos “del cuerpo y del alma”. 

Al inicio de este nuevo año tenemos la oportunidad de renovar nuestro propio deseo de vivir más auténticamente, con mayor plenitud e intensidad nuestras vidas. De la mano de Guillermo José, dispongámonos para que este año que comienza, “sea de los mejores para el tiempo y la eternidad, para el cuerpo y para el alma”, y así no estaremos dentro de un tiempo esperando que el año se termine y venga el próximo, sino que en cada momento de nuestra vida, en los más concretos  de nuestra rutina cotidiana como en los grandes acontecimientos,  podremos vivir con la hondura y la espesura de quien busca sencillamente vivir nuestra realidad única y esencial: nuestra humanidad.

 
Señor, al iniciar un nuevo año

el corazón se ensancha y la mirada se ilumina

con tantos buenos deseos regalados y recibidos.

Necesitamos que la experiencia de estos días

no se esfume cuando las dificultades

aparezcan en nuestra vida concreta y cotidiana.

 
Señor, ayúdanos a disponernos

para que este año que comienza

“sea de los mejores para el tiempo y la eternidad,

para el cuerpo y para el alma”,

viviendo con intensidad y sentido

cada paso que nos toque transitar en la vida.

 
Señor, necesitamos convertir el deseo

de un feliz y buen año nuevo

en compromiso cotidiano con nuestra propia existencia,

animándonos a transformar la tendencia a perdernos

y desintegrarnos de nuestro centro personal,

para vivir unificados y caminando hacia la plenitud.

 
Señor, contamos con tu presencia y tu bendición,

en Ti encontramos el fundamento y el sostén

para afirmar nuestra vida,

e impulsados por tu Espíritu

decidirnos a vivir con hondura e intensidad

cada momento, cada día, cada mes de este nuevo año.

                                                                      Amén.

                                                                                                    ATsm

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