Las
chamifrases de la semana en el Año de la FE
La
chamifrase de la semana 89 – Domingo 20 de octubre de 2013
“Los planes de
Dios abarcan mucho más que el día presente. Dejemos que se cumpla la voluntad
de Dios, sin hacer nosotros nada anticipadamente”.
(S.
404 - 1826. A O’ Lombel).
Vivimos en una época en la que todo cambia
vertiginosamente, y donde el tiempo se acelera y nos exige una continua
adaptación. Aprender a vivir en el
presente es una necesaria capacidad a desarrollar. Estar aquí y ahora presentes es condición
para no quedarnos fuera.
Pero este vivir “en el día presente” no puede
hacernos olvidar que la historia no acaba de comenzar hoy y que la vida seguirá
adelante mañana. En este contexto en el
que vivimos perdemos a veces el suelo que hemos recibido y que hemos seguido
construyendo durante nuestra vida. Y
perdemos también perspectiva hacia el futuro, creyendo que la plenitud de la
vida tiene que alcanzarse ya en este preciso instante.
Cuando olvidamos nuestra base de apoyo y
perdemos el horizonte de sentido, “el día presente” se convierte con angustia y
ansiedad en una necesidad imperiosa de que todo “ya esté realizado” y si no,
surge la ilusión de que un aparente “borrón y cuenta nueva” transformará radicalmente
nuestra vida.
Guillermo José nos recuerda que “los planes
de Dios abarcan mucho más que el día presente”. Y nuestro lugar en ese plan ciertamente
abarca también mucho más que el día presente.
Las palabras del Señor al profeta Jeremías son también hoy para
nosotros. “Antes de formarte en el vientre de tu madre, yo te conocía” (Jer
1,5). Tenemos raíces muy hondas que
no podemos desconocer. Y también tenemos un futuro como hijos de Dios, que no
culmina con la muerte, porque somos “herederos de Dios y coherederos con
Cristo” (Rm 8,17).
Vivir a full el día presente, con los pies en
la historia en la que nos apoyamos y con la mirada hacia un horizonte luminoso,
nos ayuda a descubrir la plenitud de sentido con la que somos llamados a
sostener nuestra vida, aún en los momentos más difíciles. Esto es lo que el Padre Chaminade quiere
transmitirnos al decir “dejemos que se cumple la voluntad de Dios, sin hacer
nosotros nada anticipadamente”. Y
éste no es un consejo que llame a la resignación paralizante, sino a vivir con
mayor hondura e intensidad el presente, que ha sido parido por nuestra propia
historia y es germen viviente de nuestro futuro.
De la mano de nuestro Padre y Fundador
renovemos nuestra fe y nuestra esperanza porque “los planes de Dios abarcan
mucho más que el día presente”.
De tu mano Señor quiero caminar cada día
y vivir con hondura e intensidad mi
presente cotidiano,
reconociendo mis raíces arraigadas en tu
plan de salvación
y levantando la mirada hacia la Luz que
no tiene fin,
De tu mano Señor, quiero vivir cada día,
sin dejarme esclavizar por la angustia y
la ansiedad
que surgen de la aparente necesidad
de que todo tiene que darse “ya”.
De tu mano Señor, quiero saber estar
“aquí y ahora”,
desde una auténtica y realista postura
existencial,
sin olvidarme que tus planes
“abarcan mucho más que el día presente”.
De tu mano Señor, quiero dejar que se
cumpla tu voluntad,
“sin hacer nada anticipadamente”,
y con la libertad de vivir cada momento
con la plenitud de sentido que tu Plan de
salvación me regala.
De tu mano Señor, quiero caminar cada
día,
renovando mi fe en tu Presencia que nunca
me abandona,
fortaleciendo mi esperanza desde el
horizonte de sentido
que Tú me regalas,
y animándome a vivir en tu Amor eterno que se
hace invitación cotidiana.
Amén
AT sm
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