miércoles, 3 de julio de 2013

“Para evitar la rutina, la actividad natural y el amor propio, oblígate a no comenzar ninguna acción sin hacer antes un acto de fe en la presencia de Dios y sin ofrecer a Dios dicha acción” (Carta 493 - 17 diciembre 1829. Al Sr. Perriguey).

Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 75 – TALLER DE ORACIÓN II

Para evitar la rutina, la actividad natural y el amor propio, oblígate a no comenzar ninguna acción sin hacer antes un acto de fe en la presencia de Dios y sin ofrecer a Dios dicha acción”

(Carta 493 - 17 diciembre 1829. Al Sr. Perriguey).

El Padre Chaminade insiste en la necesidad de ejercitarse en la fe en la presencia de Dios.  Esta propuesta necesita decisión personal y constancia.  Puede parecernos un consejo demasiado “práctico” o demasiado “directivo” en épocas donde parece que lo espiritual es solo lo que aparece desde el interior por arte de magia.  Los seres humanos necesitamos de la vida concreta y cotidiana también para desarrollar la dimensión trascendente y espiritual de nuestra persona y alcanzar la plenitud existencial.  Guillermo José no duda en invitar una y otra vez a sus seguidores a vivir la fe en la cotidianeidad de sus vidas. Y no es solo por un ideal ascético, sino porque siempre de trasfondo está el misterio de la Encarnación.  El mismo Hijo de Dios se encarnó y asumió plenamente su humanidad y desde ella nos manifestó su divinidad.
El Fundador dice “oblígate”.  Es cierto, al inicio necesitamos poner la voluntad para que una acción se haga un hábito.  Ciertamente no basta ser voluntarioso sino además poner todo el corazón en esa sencilla práctica de no comenzar ninguna acción sin antes hacer un acto de fe en la presencia de Dios que está siempre y en todas partes.  Al poco tiempo de “practicar” esta propuesta, vendrá sola, no tendremos que pensar que tenemos que hacerlo.  Y si nos olvidamos o se nos pasa por alto, hasta sentiremos unos instantes después que algo falta en esa acción o trabajo que estamos emprendiendo.
Al levantarme y al acostarme, al salir para el trabajo, al sentarme en el escritorio para un trabajo personal, al comenzar una reunión, antes de recibir una persona para una charla, al iniciar cada sesión de mi trabajo, al comenzar a cocinar, al salir para hacer las compras, al… iniciar cada acción cotidiana.
Y concretamente no se trata de hacer un gran discurso interior.  Sencillamente unas pocas palabras para renovar nuestra fe en la presencia de Dios y poner en sus manos ese nuevo paso de mi vida cotidiana que estoy por transitar.  A veces basta un momento de silencio profundo con esta misma intención,  Y siempre intentando enfocar con la mirada del corazón la Presencia de Aquél que siempre está aquí y ahora.
Dejémonos invitar por nuestro Fundador a profundizar esta sencilla práctica que nos ayudará a vivir con más profundidad y sentido nuestra vida cotidiana, y preparará nuestro interior para los tiempos en los que explícitamente los podamos dedicar a la oración.

Algunas propuestas para iniciarse, dejando luego libertad de expresión al corazón:

Al levantarme…
Gracias Señor por este nuevo día que me invitas a vivir.  Creo que estás conmigo y conmigo vas a transitar todas las horas de este día que comienza. Me pongo en tus manos y confío en tu Presencia amiga y constante. Amén.

Al comenzar un trabajo profesional, doméstico...
Creo Señor que estás siempre conmigo y que me das la fuerza para vivir mi trabajo con sentido y dedicación. Te ofrezco mi trabajo para colaborar en la construcción de un mundo más humano. Amén

Antes de encontrarme con otra persona para una entrevista o un encuentro personal…
Señor, en unos minutos me encontraré con…  Creo que vos estás en el corazón de cada ser humano.  Que yo pueda escucharte en sus palabras, que el/ella pueda reconocerte en las mías.  Amén.

Al salir a la calle para…
Creo Señor que siempre estás a mi lado.  En Ti soy, me muevo, existo. Dame la gracia de reconocerte aquí y ahora, y dejarme sorprender por tu Presencia.  Amén.

Al acostarme…
Gracias Señor por el día de hoy.  Gracias por las personas, los acontecimientos, las diversas situaciones que me tocaron vivir.  En todas reconozco y agradezco tu presencia. Te pido perdón por aquello momentos en los que distraído y ensimismado en mis cosas me olvidé que estabas conmigo.  Renuevo mi confianza en ti y descanso en tu Presencia.  Amén.

Al…  (Iniciar cualquier acción cotidiana)
Señor…. (renuevo mi fe en la presencia de Dios y pongo en sus manos el momento que estoy por transitar).   Amén.

                           AT sm

Ayúdanos a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a anotarse para poder recibirla cada semana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario