domingo, 5 de mayo de 2013

“No es el viento de los chismes el que debe hacernos cambiar de conducta; no seremos juzgados ante Dios por lo que digan otros; ni debe la calumnia de los hombres frenar nuestros deseos ni nuestra tendencia hacia la gloria de Dios y de su santa religión” (Carta 392 – 8 de abril de 1826 – A la Madre Adela)


Las chamifrases de la semana en el Año de la FE

La chamifrase de la semana 67 – Domingo 5 de mayo de 2013.

No es el viento de los chismes el que debe hacernos cambiar de conducta; no seremos juzgados ante Dios por lo que digan otros; ni debe la calumnia de los hombres frenar nuestros deseos ni nuestra tendencia hacia la gloria de Dios y de su santa religión”
 (Carta 392 – 8 de abril de 1826 – A la Madre Adela)
El Padre Chaminade acompaña a la Madre Adela ante una situación difícil que le toca vivir por las dificultades suscitadas frente a la decisión de admitir a una bienhechora  en las dependencias del convento de Agen.  Una decisión tomada con prudencia y discernimiento que se convirtió en el blanco de habladurías y críticas desmedidas.  La Madre Adela se encuentra afectada por la situación y Guillermo José, con afecto paternal, le escribe tres cartas y le promete una pronta visita para animarla y alentarla en su misión.  Estas cartas son un pequeño compendio sobre cómo mantener la calma frente a los chismes y críticas injustas, y un verdadero entrenamiento para el discernimiento y para crecer en los caminos de la sabiduría y el crecimiento personal.

En primer lugar, le recuerda que A pesar de toda nuestra voluntad en contra, se darán y volverán a darse los escándalos en el mundo: el justo será objeto de sus críticas injustas”.  No es una invitación a la resignación sino un sano llamado  a la realidad con profundas raíces bíblicas.  Es una llamado a la paz interior, sabiendo que ya los profetas… y el mismo Jesús sufrió la calumnia y el rechazo. “Estos chismes de la gente y sus injusticias son una prueba para el cristiano que los afronta; son pruebas que fortalecen la virtud”.

A la Madre Adela le cuesta aceptar y le entristece tanta maldad y quisiera ayudar a transformarla.  El Padre Chaminade le sugiere una primera acción interior: “Hay que orar desde el fondo del corazón por los que nos critican”.
Y la segunda sugerencia es aprovechar la ocasión para examinar las propias disposiciones interiores. Aun obrando rectamente y de buena fe, en algunas ocasiones se puede dar pie para que las críticas y las calumnias encuentren razones para autojustificarse.  Por eso para Guillermo José: “La murmuración y la sátira del mundo son para nosotros un aviso saludable. Son una llamada al examen propio y de nuestras intenciones”.  Esto nos permite ser agradecidos con el Señor que nos ha sostenido en el bien y saber también pedir perdón y reparar lo que hubiéramos podido culpablemente provocar.  En ambos casos, lo importante es mantenernos “en presencia de Dios”.
Finalmente el Padre Chaminade le devuelve a Adela el asunto: solo en el interior de cada ser humano y en la intimidad con el Señor tiene lugar el encuentro con la verdad auténtica y profunda de cada persona. “Ni los elogios nos hacen más virtuosos, ni las críticas quitan nada de la rectitud y la simplicidad de las acciones realizadas sólo por Dios y para Dios”.
 
Desde esta perspectiva es que es posible, en medio de las murmuraciones y las críticas, mantener la paz y no quedar paralizados.  Aun cuando en un primer momento la tristeza y la confusión pudieran hacerse presentes, el Padre Chaminade nos invita también a nosotros cuando pasamos por situaciones semejantes, a mantener la serenidad y encontrar sólo en Dios nuestro apoyo y nuestra fuerza. Y en los consejos a la Madre Adela, podemos encontrar también nosotros hoy orientaciones concretas para vivir en estas circunstancias, que nunca faltarán en la vida de quien intenta vivir su vida y su misión con honestidad y rectitud.

Señor Jesús,
cuando los chismes y las críticas injustas
nos entristecen y desalientan,
ayudanos a mantenernos en tu Presencia
y a reconocer solo en Ti nuestro apoyo y nuestra fuerza.

Señor Jesús,
cuando nuestro corazón se rebela y reacciona
frente a la maldad de las habladurías,
suscita en nosotros el deseo de abrir nuestro corazón
para rezar y bendecir a las personas que con sus chismes tanto daño nos hacen.

Señor Jesús,
danos el coraje para saber examinar nuestras propias acciones,
reconociendo nuestra responsabilidad y nuestros errores,
y animándonos a cambiar y transformar aquello que sea necesario,
para que nuestras intenciones profundas se sostengan siempre en tu Palabra.

Señor Jesús,
que sufriste el desprecio y el rechazo de tus contemporáneos,
que fuiste malentendido y calumniado por ser fiel a tu misión,
cuando experimentemos en nuestras vidas circunstancias semejantes
danos la serenidad y la paz para seguir siendo fieles y honestos hasta el final.

Amén.
AT sm


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