Las chamifrases de la semana en el Año
de la FE
La chamifrase de la semana 92 – Domingo
10 de noviembre de 2013
“Dios puede darme a conocer su voluntad directamente por sí mismo, o a
través de los acontecimientos o por los consejos de los demás”
(Carta 1051 - finales de mayo de 1838. Al P. León Meyer).
Conocer la voluntad de Dios para
encontrar el camino de Vida que estamos invitados a transitar implica abrir la
mente y el corazón para que podamos realizar un discernimiento sencillo y
profundo, ya que el Señor nos lo revela de diferentes maneras. Guillermo
José conoce muy bien las reglas del discernimiento cristiano, experimentado
primero en su propia vida espiritual y acompañando durante tantos años a tantas
personas en la búsqueda de la voluntad de Dios para sus vidas.
En primer lugar Dios puede darnos a
conocer su voluntad directamente por sí mismo. Esto es cierto y no
podemos negarle a Dios que nos manifieste directamente su voluntad.
Aunque normalmente, Dios actúa de un modo comprensible para nuestra
humanidad. Por eso es que Dios no nos comunica su voluntad con
manifestaciones especiales y maravillosas, sino a través de las mociones que
mueve sencillamente en nuestro propio corazón. Allí, a través de nuestros
sentimientos interiores más profundos, el Señor nos puede dar a conocer su
voluntad directamente, especialmente en el tiempo dedicado a la escucha orante
de su Palabra.
En segundo lugar Dios también nos habla
a través de los acontecimientos. No se trata tampoco de ver la mano de
Dios “actuando deliberadamente” detrás de cada acontecimiento de nuestra vida,
sino de discernir a partir de estos acontecimientos lo que nos está pidiendo el
Señor. Cada acontecimiento con el que nos encontramos, puede traernos también
la oportunidad de profundizar en nuestro propio camino y ayudarnos a ponernos
en sintonía más profunda con la voluntad de Dios para nosotros.
Finalmente también Dios puede hacernos
conocer su voluntad a través de los consejos de los demás. Hoy día
vivimos en un ambiente individualista donde nuestro mundo interior queda
cerrado a nuestros propios vaivenes y confusiones. Y por eso tampoco nos
animamos a dar un consejo porque aceptamos una especie de “extremado respeto
humano” hacia la realidad interior de los demás. El Padre Chaminade nos
recuerda que podemos conocer la voluntad de Dios a través de los consejos de
los demás aunque como en el caso de esta carta él sea el “Superior” y el dueño
del consejo un hermano más de la comunidad. Y los demás también pueden conocer
la voluntad de Dios a través de nuestros consejos nacidos de la sencillez del
corazón y desde el deseo de buscar lo mejor para su vida.
De la mano de nuestro Padre y Fundador,
no tengamos miedo de adentrarnos por los senderos del discernimiento, que nos
da la oportunidad de conocer la voluntad de Dios para nuestra vida, abiertos a
las diversas posibilidades que se nos presentan, ya que Él “puede darme a conocer su voluntad directamente
por sí mismo, o a través de los acontecimientos o por los consejos de los demás”
Señor, deseo conocer tu voluntad,
porque en ella está la luz que
puede iluminar mis pasos
y el mapa que me conduce a la
vida plena.
Señor, necesito crecer en el
discernimiento,
abriendo mi mente y mi corazón
para poder reconocerte y conocer
tu voluntad para mi vida.
Señor, quiero estar siempre
disponible y atento
porque tu puedes darme a conocer
tu voluntad
directamente a través de tus
mociones en mi interior.
Señor, estoy dispuesto a mirar
más allá de lo concreto
porque a través de los
acontecimientos de la vida
también me das a conocer tu santa
voluntad.
Señor, estoy decidido a salir de
mi propio encierro,
porque también me das a conocer
tus caminos
a través del consejo sincero de
los demás.
Señor, acá estoy, quiero caminar
de tu mano,
y te doy gracias porque de tantas
maneras
estás siempre dispuesto a darme a
conocer tu voluntad.
Amén
ATsm
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