Las
chamifrases de la semana en el Año de la FE
La
chamifrase de la semana 67 – Domingo 5 de mayo de 2013.
“No es el viento de los chismes el que debe hacernos
cambiar de conducta; no seremos juzgados ante Dios por lo que digan otros; ni
debe la calumnia de los hombres frenar nuestros deseos ni nuestra tendencia
hacia la gloria de Dios y de su santa religión”
(Carta 392 – 8 de
abril de 1826 – A la Madre Adela)
El
Padre Chaminade acompaña a la Madre Adela ante una situación difícil que le
toca vivir por las dificultades suscitadas frente a la decisión de admitir a
una bienhechora en las dependencias del
convento de Agen. Una decisión tomada
con prudencia y discernimiento que se convirtió en el blanco de habladurías y
críticas desmedidas. La Madre Adela se
encuentra afectada por la situación y Guillermo José, con afecto paternal, le
escribe tres cartas y le promete una pronta visita para animarla y alentarla en
su misión. Estas cartas son un pequeño
compendio sobre cómo mantener la calma frente a los chismes y críticas
injustas, y un verdadero entrenamiento para el discernimiento y para crecer en
los caminos de la sabiduría y el crecimiento personal.
En
primer lugar, le recuerda que “A pesar de toda nuestra
voluntad en contra, se darán y volverán a darse los escándalos en el mundo: el
justo será objeto de sus críticas injustas”. No es una invitación a la resignación sino un
sano llamado a la realidad con profundas
raíces bíblicas. Es una llamado a la paz
interior, sabiendo que ya los profetas… y el mismo Jesús sufrió la calumnia y
el rechazo. “Estos chismes de la gente y sus injusticias son una prueba para
el cristiano que los afronta; son pruebas que fortalecen la virtud”.
A la Madre Adela le cuesta aceptar y le entristece tanta maldad y
quisiera ayudar a transformarla. El
Padre Chaminade le sugiere una primera acción interior: “Hay que orar desde
el fondo del corazón por los que nos critican”.
Y la segunda sugerencia es aprovechar
la ocasión para examinar las propias disposiciones interiores. Aun obrando
rectamente y de buena fe, en algunas ocasiones se puede dar pie para que las
críticas y las calumnias encuentren razones para autojustificarse. Por eso para Guillermo José: “La
murmuración y la sátira del mundo son para nosotros un aviso saludable. Son una
llamada al examen propio y de nuestras intenciones”. Esto nos permite ser agradecidos con el Señor
que nos ha sostenido en el bien y saber también pedir perdón y reparar lo que
hubiéramos podido culpablemente provocar.
En ambos casos, lo importante es mantenernos “en presencia de Dios”.
Finalmente el Padre Chaminade
le devuelve a Adela el asunto: solo en el interior de cada ser humano y en la
intimidad con el Señor tiene lugar el encuentro con la verdad auténtica y
profunda de cada persona. “Ni los elogios nos hacen más virtuosos, ni las
críticas quitan nada de la rectitud y la simplicidad de las acciones realizadas
sólo por Dios y para Dios”.
Desde esta perspectiva es que
es posible, en medio de las murmuraciones y las críticas, mantener la paz y no
quedar paralizados. Aun cuando en un
primer momento la tristeza y la confusión pudieran hacerse presentes, el Padre
Chaminade nos invita también a nosotros cuando pasamos por situaciones
semejantes, a mantener la serenidad y encontrar sólo en Dios nuestro apoyo y
nuestra fuerza. Y en los consejos a la Madre Adela, podemos encontrar también
nosotros hoy orientaciones concretas para vivir en estas circunstancias, que
nunca faltarán en la vida de quien intenta vivir su vida y su misión con
honestidad y rectitud.
Señor Jesús,
cuando los chismes y las críticas injustas
nos entristecen y desalientan,
ayudanos a mantenernos en tu Presencia
y a reconocer solo en Ti nuestro apoyo y nuestra fuerza.
Señor Jesús,
cuando nuestro corazón se rebela y reacciona
frente a la maldad de las habladurías,
suscita en nosotros el deseo de abrir nuestro corazón
para rezar y bendecir a las personas que con sus chismes tanto daño
nos hacen.
Señor Jesús,
danos el coraje para saber examinar nuestras propias acciones,
reconociendo nuestra responsabilidad y nuestros errores,
y animándonos a cambiar y transformar aquello que sea necesario,
para que nuestras intenciones profundas se sostengan siempre en tu
Palabra.
Señor Jesús,
que sufriste el desprecio y el rechazo de tus contemporáneos,
que fuiste malentendido y calumniado por ser fiel a tu misión,
cuando experimentemos en nuestras vidas circunstancias semejantes
danos la serenidad y la paz para seguir siendo fieles y honestos hasta
el final.
Amén.
AT sm
Ayúdanos
a difundir la chamifrase invitando a otras personas
a
anotarse para poder recibirla cada semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario