La
chamifrase de la semana 60 – Domingo 13 de enero de 2013. Fiesta del Bautismo
del Señor
El
Padre Chaminade escribe a la Madre Adela respondiendo a varias inquietudes que
ella le había presentado en cuanto al acompañamiento de sus hermanas. Al hablar de las “personas reacias” el
Fundador las define como aquellas “que no tienen en sí misma un resorte que
las mueva, que las impulse, que las estimule”.
Y
es allí que sugiriendo un remedio para que Adela las ayude en su camino es que
nos regala esta hermosa definición metafórica de la fe. “La fe es un enérgico resorte” que
moviliza, impulsa, estimula, motoriza nuestra vida.
Ahora
cabe preguntarnos ¿Cuál es esa fe que se convierte en nuestra vida en un
enérgico resorte? Porque decimos que somos creyentes, que la fe es muy
importante en nuestra vida,… pero no pocas veces somos también “personas
reacias” al cambio, a la transformación interior, a la conversión.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que nace de un encuentro
profundo e íntimo con el Señor Jesús, de la experiencia de amistad con ÉL, de
la convicción que en Él somos también hijos amados del Padre Dios.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que hunde sus raíces en nuestro
corazón, ilumina nuestras sombras interiores y sana nuestras heridas profundas.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que se alimenta de la Palabra y
de la Eucaristía, que se hace más honda en el silencio y en la oración, y que se consolida en la
vida compartida con los hermanos.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que se permite reconocer a Dios
más allá del Templo: en la Creación que habitamos, en la historia que
transitamos y en el rostro de los
hermanos, especialmente en el de los más pobres y excluidos.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que no se guarda ni se hace
devoción en sí misma, sino que se expande y se comunica en la misión.
La
fe que es un “enérgico resorte” es la fe que no se resigna a “lo que
hay”, sino que es puerta siempre abierta para despertar nuevas posibilidades.
Pidamos
al Señor que nos regale esta fe: la fe
que es un “enérgico resorte” . La
fe que impulsó y fue el motor de nuestros Fundadores, el Padre Guillermo y la
Madre Adela. Para que así podamos vivir de la fe y actuar por ella, y ayudar a
los demás “a no obrar más que por la fe, a no vivir más que de la fe”.
Señor
Jesús,
necesito
que tu Espíritu suscite en mí
la
fe que es un enérgico resorte,
la
fe que impulse, estimule y movilice mi vida.
Señor
Jesús,
creo
en Ti, quiero seguir tus huellas,
pero
la mediocridad me inmoviliza
y
no dejo que tu Presencia transforme mi corazón.
Señor
Jesús,
no
quiero vivir más que de la fe,
no
quiero actuar más que por la fe,
dame
la gracia de hacer de este deseo un compromiso cotidiano.
Señor
Jesús,
sé
que estás siempre a la puerta esperando,
quiero
abrirte y volver a experimentar tu amistad,
porque
solo en Ti se puede sostener la fe que
es un enérgico resorte.
Amén
AT sm
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