La chamifrase de la semana 24
13 de noviembre de 2011
“Todos tengan buen ánimo: el Señor está con nosotros”
(Carta 245 – 17 agosto 1823. Al Sr. David Monier)
El Padre Chaminade no pierde ocasión para apelar a sus discípulos a vivir desde la fe. Reconocer la presencia del Señor entre nosotros es una razón poderosa para mantener el buen ánimo.
En esta ocasión, Guillermo José le escribe a su secretario y permanente colaborador David Monier, a quien ha encargado la nueva obra de Saint Remy. Está concluyendo la primera etapa en la fundación de esta obra y con ella se van apaciguando las reacciones positivas ante la prosperidad de la Compañía de María, que a pocos años de su fundación, se anima a ir mucho más de allá de la región geográfica en el suroeste francés que era su hábitat natural. Una obra que se proyecta como una gran misión, con muchas posibilidades de desarrollo y expansión, y a la que se envían muchos de los religiosos marianistas de la primera hora.
Al poco tiempo comienzan las dificultades. Las instalaciones no estaban en condiciones, las deudas comienzan a crecer y superan las posibilidades de financiación, la lejanía y las dificultades en el correo hacen que la correspondencia se dificulte y genere algunos malentendidos entre David Monier y el Padre Chaminade. Los que parten para Saint Remy con entusiasmo apostólico se descorazonan al ver todo lo que todavía falta hacer para poner en condiciones la casa. Los que quedan comienzan a poner en duda que haya sido una buena decisión, y resaltan las complicaciones que trae esta nueva misión.
Las críticas, las murmuraciones, la pérdida de un sentido más profundo… comienzan a provocar un creciente malestar en la nueva comunidad misionera y en el resto de los hermanos que comienzan a enterarse de las dificultades.
Guillermo José no duda en que esta obra es un llamado de Dios y que la Providencia no los va a abandonar. Él mismo se da cuenta de las dificultades que están apareciendo y las preocupaciones comienzan a sumarse. No será fácil. Además, cuando las dificultades comienzan a tocar el tema económico, las motivaciones espirituales parecen esfumarse en algunos de sus seguidores. ¿Para qué sumar problemas y poner en riesgo la situación financiera de la institución?
El Padre Chaminade asume con responsabilidad su misión de Padre y Fundador y llama a sus discípulos a mirar lo que están viviendo con una mirada evangélica, con un profundo sentido de fe. Se da cuenta que tiene que redoblar los esfuerzos en la formación espiritual de su gente. No se puede asumir la misión que está creciendo sin un horizonte de sentido que tenga sus raíces en el espíritu de fe.
Hoy nos toca escuchar el llamado del Señor y discernir nuestra respuesta como Familia Marianista. Claro que sin respuesta interior y personal de cada uno de los que la formamos será difícil que podamos ser fieles a nuestra vocación misionera. Podemos quedarnos tranquilos y contentos con lo que ya tenemos. En un mundo nuevo necesitamos volver a ponernos en estado de misión permanente, y a comprometernos con las nuevas invitaciones que el Señor y María nos hacen. Todos nos alegramos cuando nos enteramos de que nuestra Familia crece…. Pero cuando comienzan a aparecer las primeras dificultades, comenzamos a hacer presupuestos, nos damos cuenta del compromiso personal y comunitario que va a implicar,…. Podemos desanimarnos antes de tiempo,… en ese momento necesitamos escuchar a Guillermo José que nos dice también hoy a nosotros: “Todos tengan buen ánimo: el Señor está con nosotros”.
Señor Jesús cuando estás entre nosotros
los miedos desaparecen
y nuestras oscuridades se iluminan.
Señor Jesús cuanto estás entre nosotros
las dificultades se convierten en nuevos desafíos
y los problemas incentivan la creatividad para resolverlos.
Señor Jesús cuando estás entre nosotros
nuestras dudas se disipan
y en vez de crítica destructiva experimentamos el deseo de colaborar.
Señor Jesús cuando estás entre nosotros
nos animamos a mirar la realidad con espíritu de fe
y nos comprometemos con alegría y entusiasmo renovado en la misión.
Señor Jesús cuando estás entre nosotros
la esperanza renueva nuestro horizonte de sentido
y nos impulsa a levantarnos y ponernos en camino
Pero Señor, ¿si siempre estás con nosotros?
¿Por qué vivimos paralizados por los miedos y desmotivados por las dificultades?
¿Por qué perdemos el sentido profundo de nuestra vida y de nuestra misión?
Señor Jesús, danos la gracia de abrirnos con sinceridad a tu Presencia,
Y que podamos vivir con buen ánimo, confesando con el corazón:
EL SEÑOR ESTÁ CON NOSOTROS
Amén.
A.T. sm
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